Si bien la NFL es un deporte de contacto y destreza, esta vez el emparrillado se convirtió en un campo de fuerza de voluntad, sonrisas y juegos, donde cada touchdown vivió una doble celebración.

 

De cara al juego entre Raiders y Patriots en la Ciudad de México, el hospital Shriners vivió el NFL Play 60, donde decenas de niños con problemas de movilidad tuvieron la oportunidad de lanzar el ovoide y llegar a las diagonales, la mayoría, por primera vez en su vida.

 

Con el Estadio Azteca como parte del paisaje, el hospital Shriners también fue epicentro del encuentro de leyendas, Kevin Faulk y Steve Grogan, de Nueva Inglaterra; Fred Biletnikoff y Willie Brown, por Oakland.

 

 

Además, mascotas y porristas dieron el toque de alegría, esta vez alentando a que cada niño  lograra realizar algún movimiento, por más complicado que pareciera, pero sobretodo con el corazón.

 

Así, la NFL refuerza el mensaje, no sólo a los invitados de esta experiencia, sino a todo niño pueda jugar, aunque sea por 60 minutos al día.

 

dca