Hubo un cúmulo de momentos brillantes en la faena del madrileño Julián López “El Juli” que cortó una oreja en la corrida de esta tarde en la Plaza México, y el mexicano Joselito Adame terminó la tarde con otro trofeo.
“El Juli” dio muestras y Adame mostró que tiene sitio, raza y actitud, pese a que se encontró con un público que ha sido totalmente intransigente.
El público, que hizo una magnífica entrada, calculan en 30 mil personas, salió satisfecho y esperanzado de que la campaña 2017-2018 proporcione elocuentes satisfacciones.
Esa tarde se lidiaron seis toros del hierro de Teófilo Gómez, desigual en presentación y condiciones de lidia, en general les faltó un grano de emotividad. Toreables los cuatro primero y quinto y sexto, no pudieron con los kilos y no dieron juego.
“El Juli”, torero de otro mundo, le inventó la faena al primero y le cortó la oreja en un alarde de torería, igualmente al tercero lo encarceló en su muleta y ha sido un trasteo de gran relieve y una pena que lo pinchó y sólo dio una vuelta al ruedo recogiendo el cariño y admiración del público asistente.
Si hubiera acertado al matar habría cortados otras dos orejas. El quinto no tenía un pase y a ese marmolillo le dio unos muletazos para ovación.
Adame, nadie puede negarlo, le peleó las palmas y su labor en el segundo, pese a esos expertos de tendido, reunió mérito y torería. Si, lo mató de estocada y cuatro descabellos y se fue la oreja no la ovación.
El cuarto era soso y le falto trasmisión. Jamás se rajó el torero, estuvo ahí. Sí le falto matarlo. El sexto, otro ejemplar parado aunque el torero hizo un gran tercio de banderillas. Un esfuerzo con poca respuesta y merecía mas que las tibias palmas que le tocaron.
dca