Generar mapas digitales que expliquen cómo está el terreno en las profundidades marinas del Golfo de México y ofrecer recomendaciones de importancia geológica, económica y ambiental antes de realizar una extracción petrolera, es una tarea que enfrentan especialistas del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.
Los universitarios participan en el proyecto oceanográfico más grande y ambicioso del país: el Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGOM), dentro del cual Carlos Mortera Gutiérrez encabeza un subproyecto en la línea de acción uno, cuyo objetivo es obtener datos de las condiciones físicas de esa cuenca oceánica.
“Con este proyecto se pretende conseguir información hidroacústica del lecho marino para conocer las formas del relieve a mayores profundidades, desde la plataforma continental hasta la planicie abisal”, explicó.
El estudio consiste en hacer mediciones de batimetría (técnicas para la medición de las profundidades del mar y el estudio de la distribución de las plantas y animales en sus diversas capas o zonas) para desarrollar un modelo digital del terreno, a una resolución deseable, con la capacidad del buque oceanográfico Justo Sierra de la UNAM.
Además de conocer la estructura del subsuelo, se pretende saber en qué punto pudiera ser afectado o representar un riesgo para las nuevas infraestructuras de la industria petrolera en aguas profundas.
“Aportaremos conocimiento geológico a fin de evitar riesgos. Estos componentes son de interés para Petróleos Mexicanos (PEMEX), porque somos los primeros que tenemos un mapa a detalle de esta región, llamada El Perdido, frente a Tamaulipas”, informó el investigador del IGf.
dca