Con bajos índices de desempeño en las refinerías de Pemex, la rentabilidad de este negocio, en el que se invierte mucho y se gana poco, se encuentra también en sus niveles más bajos.
El procesamiento de crudo es un negocio de bajo margen. “La posibilidad de competir es a través de la eficiencia, de la reducción de costos, de altos costos de inversión, debes ser un operador súper eficiente”, explica Rodrigo Favela, socio director de HCX y funcionario por varios años de Pemex Refinación, hoy Pemex Transformación Industrial.
En su último reporte del tercer trimestre del año, la empresa informó de un elevado margen variable de refinación de 8.98 dólares por barril, debido a factores extraordinarios como el cierre de refinerías en EU debido a Harvey.
Sin embargo, en el periodo previo ese indicador, que refleja el rendimiento de operación por barril de crudo procesado (valor de las ventas, menos los costos de la materia prima y de los bienes y servicios utilizados para el funcionamiento de las plantas de procesamiento) fue de apenas 1.80 dólares por barril de crudo procesado, el más bajo del último año. Esto, a pesar de que el precio del petróleo se mantienen todavía a la mitad del nivel que tenían a mediados de 2014.
“En refinación, los retornos de inversión son cercanos a 10-15%, en promedio, en cambio en exploración y producción son entre 20 y 50%”, explica Favela.
En entrevista, agrega que en comparación con refinerías en otras partes del mundo, los índices de desempeño bajo de las plantas de Pemex son bajos. “Por ejemplo, en cuanto a paros no programados si bien no está en los primeros lugares, sí un poco abajo, lo que repercute al momento de medir la energía utilizada en sus plantas contra los barriles producidos, o en la eficiencia de cuanto produzco de petrolíferos respecto a cuánto proceso”.
Mencionó el paro de la refinería de Salina Cruz, que ha tenido que cerrar varias veces por diversos motivos, lo cual está relacionado con una necesidad no cubierta de recursos para mantenimiento para hacer más eficiente la operación. “Hay rezagos presupuestales y esto no es nuevo, ya se sabe. A refinación le pega muy duro la falta de mantenimiento, aunque hay más problemas, advirtió.
De las alternativas, refirió que el director de Pemex José Antonio González Anaya, ha mencionado la posibilidad de que privados entren a la operación de refinerías o es esquemas de maquila, en donde “yo pongo la materia prima y un privado el proceso. Las ganancias la dividimos”.
En medio del desplome en el procesamiento de crudo (a 900 mil barriles diarios, la mitad de la capacidad de las plantas), las importaciones de gasolinas y diésel ya superaron 70% de la demanda nacional.
Para Rodrigo Favela, socio organizador de Energy México (un foro de negocios del sector energético), se alcanzó un “límite alto” debido, en parte, al paro de Salina Cruz, lo cual es difícil que vuelva a suceder y en adelante fluctuará entre 50 y 60%.
*edición impresa 24 Horas
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