Son varias veces las que Alberico Peyron, Presidente de la Cámara de Comercio Italiana en México, me invita a estar presente en las noches de gala del Premio Italia—México, que ahora se dedicó al arte y la cultura, y cuyos premiados fueron mi primo Rafael Tovar y De Teresa (qepd); el escritor Pino Cacucci; el etnólogo Alessandro Lupo; el pintor Gustavo Aceves, y la bella actriz mexicana de gran trayectoria –“sobre todo, en Italia”–, Verónica Castro, quien luce ahora bella, impecable, elegante, discreta y, por qué no, en una madurez que muchos políticos, empresarios, artistas, jettsetters, etcétera, desearían.
Nadie se quiere perder este elegante y singular evento plural que organiza atinadamente el gran Alberico, al cual agradezco que me haya sentado junto a mi gran amiga Verónica Castro. La mayor parte de las firmas italianas (autos, pastas, vinos, moda, maquinaria, entre muchas otras cosas; ejemplo, Barilla, Ferrero, Scappino, Cannizo, Campari, Lufthansa, MaxMara, Zegna, Pellegrino, Luxottica, entre otras) se dan cita en los eventos, para fomentar las relaciones comerciales entre la bella Italia y nuestro hermoso México. Ahora escogieron el Salón Terraza Virreyes del Camino Real para que 400 invitados aplaudieran las carreras de todas estas figuras. El evento, memorable, fue conducido por Edith González y el propio Alberico.
La cena –elaborada por el chef Marco Carboni, del feudo Sartoria, y formado en los feudos de Massimo Bottura, y sus colegas Jaime Olivier y Gordon Ramsay, todos ellos recorriendo restaurantes desde Italia, Barcelona,, Londres y ahora Ciudad de México) consistió en una pasta Berilla con rigatoni de mar de hierbas aromáticas y aceite de anchoas del Mediterráneo, luego un lomo de róbalo con las de cítricos y de postre se degustaron tres clásicos, Tiramisú, tortino de manzana con helado de vainilla, y la clásica panna cotta con salsa di frutti di bosco. Por supuesto, el genial embajador de Italia, Luigi Macota (¿director de orquesta de la época de Pavarotti?) formó su grupo en una de las mesas. En otra, vi a Marco Landucci, CEO de Forbes—México y Centroamérica; Rafael Tovar de Teresa y López Portillo con sus hermanas; Charles y Debbie Beard, ¡de entrada por salida!; Ingrid Yrivarren, Ticki Cantú, Marisol Moreno, y muchas otras figuras. Noche de 9 de calificación. 10 sólo en el Cielo.
Arturo Cervantes volvió por sus fueros
A nadie se le olvida que Arturo Cervantes trabajó 29 años con Paquita Buttey (léase: Champs Elysées) y que cuando ella decidió vender la franquicia de su feudo, el propio Arturo abrió su exitoso Arturo’s de la calle de Cuernavaca. Pero cuando se tiene mucho éxito, muchos vecinos se vuelven problemáticos (aunque muchos de ellos comían a veces en el lugar) o también aparecen problemas laborales. Pasó el tiempo y Arturo Cervantes se cansó y abrió rápido y con llenos todos los días, principalmente a la hora de la comida. Es común ver allí a Francisco Rojas, Carlos Hank Rohn, Carlos Peralta, Félix Cantú, Gaspar Rivera Torres, Manuel Cervantes, Norma Gaona, Ricardo Henaine, María Elena Galindo, entre decenas de otras personalidades. Platos que gustan a los comensales: filete a la pimienta, confit de pato, boquerones del Cielo, pavo decembrino y muchas otras delicias, que ustedes pueden acompañar con los mejores vinos europeos/mexicanos. Costo promedio por comensal: 750 pesos mexicanos más vino. Calificación: 8.8 Sólo les recuerdo que Arturo’s incorporó también platillos alta calidad de Italia y Francia. Los comensales que van Polanco, apuntan: “Dicen que se come bien”.
Finalmente, en España, la cadena de restaurantes que fundó Plácido Arango anunció el cese de la actividad de los 9 comercios de conveniencia que mantenía abiertos tras la última campaña de Navidad. Ahora, los espacios serán ocupados por feudos con los que compartían local, como Vips, Fridays o Gino’s, o servirán para expandir las nuevas marcas de restauración gestionadas ellos como Wagamama y Starbucks. Y hasta el próximo jueves, ¡abur!