Jalisco.- Estará en juego, este 2018, la gubernatura que todavía administra Aristóteles Sandoval. En el occidente de la República todos se preguntan: ¿logrará el PRI quedarse en el poder?
El abogado por la Universidad de Guadalajara y maestro en política por el ITESO parece que no tiene el control de la entidad y ya hay “focos rojos” en las oficinas de Insurgentes Norte, donde despacha Ochoa Reza. La derrota local tricolor contribuiría a un riesgo mayúsculo en la elección presidencial, que abandera José Antonio Meade.
El titular del Ejecutivo local posee una pésima imagen entre todas las clases sociales y en particular en la capital. Obviamente las mediciones y encuestas que promocionan en medios, a modo, dicen lo contrario. La inseguridad, que no es un problema exclusivo de aquella zona del país, se le atribuye a la complicidad entre las autoridades (que supuestamente la combaten) y los criminales. Si no es así, eso piensa la mayoría de los votantes.
El fantasma de la corrupción es otro elemento que conspirará en contra del partido en el poder: los sufragantes, en la intimidad de la urna -pronostican algunos analistas y académicos-, castigarán al grupo cercano de Aristóteles Sandoval.
El desgaste del poder -es decir, jugar de local, a diferencia del futbol- supone un elemento en contra, ya que la operación política y el acarreo se antojan complicados en un estado tan dividido y un padrón tan pulverizado.
¿Ayudará o perjudicará la conformación de la boleta presidencial? Me aseguran que José Antonio Meade gustó en varios sectores de Jalisco, y que contribuirá en el aumento de votos finales para el aspirante tricolor, que hasta este momento es el senador Miguel Castro Reynoso. Pero el problema es el gobernador Sandoval.
El abanderado de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, que en la práctica será el candidato de la colación Por México al Frente (aunque no lo arrope legalmente el PRD y PAN) es el dolor de cabeza y la piedra en el zapato del gobierno saliente.
El alcalde de Guadalajara, quien rindió protesta el 1 de octubre de 2015, nació en 1973 y es ingeniero civil por el ITESO; después logró el grado de maestro en estudios urbanos en el Colegio de México.
Fue priista y en 2005 se fue al PRD, que lo hizo diputado local; en 2009 solicitó licencia para competir por la alcaldía de Tlajomulco de Zúñiga, postulado por el sol azteca y el PT.
En 2011 volvió a pedir licencia para ir por la gubernatura, con el apoyo de MC, comicios donde perdió frente al actual mandatario local.
En 2015 fue postulado como candidato de MC (el partido de Dante Delgado) a la presidencia municipal de Guadalajara, y Aristóteles Sandoval no pudo contra él.
Otra vez se enfrentarán en las urnas Sandoval y Alfaro. Será una competencia donde se dirán de todo y donde el común denominador será la guerra sucia. Los videoescándalos se esperan, al igual que las conversaciones grabadas de manera ilegal.
Tantos agravios y tanta basura acumulada llevarán a la cárcel al perdedor. Uno de los dos terminará tras las rejas. El ganador se encargará de que no salga de las mazmorras el derrotado.
En 2018 habrá una batalla en todo el país, y una guerra fratricida en Jalisco.
@GustavoRenteria
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