En el Senado, los integrantes de las cuatro comisiones que dictaminarán la minuta de la Ley de Seguridad Interior que recibieron de los diputados están de acuerdo en que el documento tiene que modificarse.
No sólo por las voces de las ONG en su contra o los peligros que el jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, advirtió el lunes en la Cámara alta.
Tendrá que modificarse porque parece haber un consenso en el sentido de que el documento dejó vacíos legales que ni protegen a las Fuerzas Armadas ni son claras en cuanto al tiempo de su permanencia en las calles, entre otros asuntos.
El problema es que si al documento se le cambia una coma, tiene que ser devuelto a la Cámara de Diputados, que es la Cámara de origen, para su adecuación.
Ello implicaría que, si los senadores quieren aprobar el documento modificado, tendrían que aprobarlo el jueves a más tardar para que los diputados lo modificaran el viernes, que es el último día de sesiones del periodo ordinario.
Y como dicen que las prisas nunca son buenas, no sería raro que pese al esfuerzo del coordinador de los senadores del tricolor, Emilio Gamboa, la oposición les echara montón en las comisiones y el documento ni siquiera fuera dictaminado, sino hasta el próximo periodo que inicia en febrero.
Hoy sesionan las comisiones involucradas; a ver si alcanzan algún acuerdo.
No sin sorpresa, el PAN y el PRD en la Cámara de Diputados rechazaron la terna de la cual saldría el nuevo auditor superior de la Federación, que ya había sido aprobada por unanimidad en la Comisión de Vigilancia la semana pasada.
El PRD cambió de parecer y ahora impulsa a Mauricio Merino, quien estuvo entre los ocho finalistas, pero no pasó el último filtro, en tanto que el PAN decidió esperar para conocer “las propuestas de la sociedad’’ cuando el proceso de selección acordado con ellos ya se cumplió.
El caso es que parece –y sólo parece- que los partidos de oposición en San Lázaro tomaron de rehén el nombramiento del auditor superior, en tanto en el Senado no se defina el nombre de quién será el nuevo fiscal contra Delitos Electorales y por qué no hasta el tema de la Ley de Seguridad Interior.
Al final parece que a ningún partido le corre prisa.
En Jalisco, el PRI y Morena oficializaron los nombres de sus candidatos a la gubernatura.
El tricolor competirá con el ex secretario de Desarrollo Social del estado, Miguel Castro, también ex presidente municipal de Tlaquepaque, pero con poco reconocimiento.
Morena, como ya se había dicho, se la jugará con el empresario Carlos Lomelí Bolaños, quien prometió que de ganar se enfocaría a resolver los problemas de seguridad, educación, empleo, salud e infraestructura del estado.
Lo que no ha quedado claro a quién presentará Por México al Frente, debido a que el candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, dijo que irá solo por la gubernatura, “pero respaldando al Frente a nivel nacional’’.
Si Alfaro va solo, ¿el Frente nombrará a otro candidato o se abstendrá?
Ricardo Monreal deja hoy la delegación Cuauhtémoc, sin cargo en Morena y sin candidatura.
Unos dicen que por traición de López Obrador y él dice que por estrategia.
Como sea, Monreal no es de los políticos que se estén quietos y seguramente pronto lo veremos en alguna trinchera… trabajando para López Obrador.