La diputada local perredista, Elizabeth Mateos Hernández, propuso aumentar hasta en un 50 por ciento las penas a los agresores sexuales que para cometer una violación suministren deliberadamente a sus víctimas cualquier tipo de sustancia psicotrópica.
Actualmente, refirió, se contempla una pena de seis a 17 años de cárcel, la cual pasaría de 12 a 34 años de prisión.
Recordó que cada año en la Ciudad de México, más de 300 mujeres son víctimas de ataque mientras se encuentran narcotizadas, y quien las somete, quiebra su voluntad y las deja expuestas al abuso sexual, además que les genera la pérdida de memoria.
La presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Asamblea Legislativa capitalina señaló que las autoridades de Salud capitalinas contabilizan el uso de drogas en uno de cada cinco casos relacionados que son atendidos en hospitales de la capital del país.
Recordó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido el uso de las llamadas “drogas de la violación” desde 2010, y en América Latina se pueden conseguir con facilidad en cualquier farmacia y son usadas para lograr un estado de sedación e indefensión entre las víctimas.
Mateos Hernández comentó que la propuesta de modificación legal consiste en reformar el Código Penal de la Cuidad de México, para integrar una fracción segunda al artículo 175, a fin de establecer castigo agravado.
Lo anterior, apuntó, a “quien se valga de sus intenciones para suministrar cualquier sustancia psicotrópica para provocar premeditadamente en la víctima cambios temporales en la percepción, somnolencia y hasta la pérdida de la conciencia”.
La propuesta considera una pena mayor a los agresores que cometan conductas delictivas equiparadas a la violación, al aumentar hasta la mitad del castigo previsto actualmente, entre quienes suministren cualquier sustancia psicotrópica para provocar en la víctima cambios temporales en su percepción y un estado de indefensión que sea aprovechado por el agresor.
La legisladora perredista agregó que los cambios propuestos a la ley se suman a otros ordenamientos para fomentar una vida libre de violencia contra las mujeres, toda vez que es terrible el daño que sufre la víctima de una violación sexual, desde al aspecto físico hasta el ámbito psicológico.
fahl