WASHINGTON.- Paul Manafort, el ex jefe de campaña del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, demandó a Robert Mueller, el fiscal especial que investiga la coordinación del equipo del mandatario con el Gobierno ruso.
Manafort presentó ayer en la corte federal en Washington la demanda contra el fiscal especial y también contra el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, quien avaló a Mueller para que dirigiera la investigación, y contra el propio Departamento de Justicia.
En el documento, el ex director de la campaña de Trump para los comicios presidenciales de 2016 alega que el Departamento de Justicia violó la ley al nominar a Mueller para que liderase la investigación en mayo de 2017.
La demanda considera que la orden para nombrar a Mueller “excede el alcance de la autoridad de Rosenstein para nombrar a un fiscal especial, así como restricciones concretas relativas a nombramientos como ese”.
También cuestiona la petición de Rosenstein a Mueller de investigar “cualquier aspecto que emerja o pueda emerger directamente” de la causa, lo que desde el equipo de Manafort consideran un exceso de competencias al dar “carta blanca” de acción al fiscal especial.
Finalmente, el texto pide a la corte dejar a un lado esas acciones “arbitrarias” ejecutadas por Mueller, Rosenstein y el Departamento de Justicia.
El proceso contra Manafort es producto de la investigación conocida como Rusiagate, pero no está relacionado con las actividades que desempeñó dentro de la campaña de Trump.
Mueller acusa a Manafort y al que fuera “número dos” durante la campaña, Rick Gates, de haber creado una “red de entidades y cuentas bancarias” en diferentes países para ocultar hasta 75 millones de dólares que obtuvieron principalmente del Gobierno prorruso de Ucrania y de oligarcas rusos.
Ambos son acusado de 12 cargos entre los que figuran lavado de dinero, evasión de impuestos y “conspiración contra EU”, delitos que podrían traducirse en más de diez años de prisión.
La demanda se produce en un contexto en el que el fiscal especial está recibiendo múltiples ataques por parte de algunas voces en las filas del Partido Republicano que tratan de poner en duda su legitimidad para llevar a cabo la investigación.
Manafort llegó el pasado 30 de noviembre a un acuerdo con el fiscal Mueller para salir en libertad condicional a cambio de dejar como fianza cuatro propiedades valoradas en 11 mil 65 millones de dólares.
La relación del equipo de Trump con Rusia generó ayer otra polémica, luego de que Steve Bannon, antiguo estratega en jefe del mandatario estadounidense criticara el encuentro de Donald Trump Jr. con una abogada rusa con supuestas ligas con el gobierno ruso, el 19 de junio de 2016 en la Torre Trump en Nueva York.
Bannon calificó ese encuentro como una ‘traición a la patria’ y ‘desleal’, según partes del nuevo libro ‘Fire and Fury. Inside de Trump White House’, escrito por Michael Wolf, y donde él colaboró, y que fueron publicadas ayer por el diario inglés The Guardian.
En respuesta, el presidente Trump dijo que Banon perdió la razón después de haber sido despedido del cargo y desestimó el impacto que éste pudo haber tenido en su presidencia, rompiendo con uno de sus otrora confidentes más cercanos en la Casa Blanca.
“Steve Bannon no tiene nada que ver conmigo o con mi presidencia. Cuando fue despedido, no solo perdió su trabajo, perdió la razón”, acusó el mandatario.
JMSJ