El miércoles pasado culminó el segundo mes del año con rendimientos mensuales negativos en prácticamente todos los mercados, con lo que reducen la intensidad de alza registrada en enero algunos de ellos.
Este ajuste observado al principio y al cierre de mes, extendiéndose hasta el día de ayer inclusive, se debe a un cambio en la percepción de los grandes manejadores de fondos y portafolios a nivel mundial en relación al potencial de las bolsas versus los riesgos y velocidades de alza en las tasas de interés por parte de la Fed.
Jerome Powell fue claro en sus primeras intervenciones públicas como gobernador de la Fed.
1. La volatilidad de los mercados NO detendrá el alza en la tasa de interés.
2. El mercado laboral está robusto.
3. El gasto del consumidor es sólido.
4. El crecimiento en los salarios se está acelerando.
5. Las ganancias por exportaciones y una política fiscal “estimulante” dentro de su ciclo de expansión seguirán impulsando la “normalización” de la política monetaria.
Todos estos puntos generan dudas sobre la velocidad de alza que llevaría la Fed dentro de un ambiente donde la economía podría crecer en 2018, 2.7% anual por arriba inclusive del año anterior, pero esa expansión impulsada por la reforma fiscal podría generar riesgos de una mayor inflación, mayor endeudamiento y mayor déficit fiscal.
Lo que creo que debemos dejar claro es que estos ajustes de mercados americanos NO se deben a una pronta crisis de la economía, sino más bien a un riesgo de “sobrecalentamiento” en primera instancia.
Así las bolsas en Estados Unidos bajaron en febrero entre 1.9 y 4.3%, la bolsa en México se ajustó 6.0%, los mercados en Europa se ajustaron entre 4.0 y 5.7%; China, -6.4% y Japón, -4.5%. Solamente Brasil en su moneda local ganó 0.7%. Ahora, en el acumulado y hasta el día de ayer, sólo el Nasdaq y el Bovespa se mantienen en terreno positivo. El IPyC acumula una baja de 3.6%.
En divisas, el peso mexicano se depreció 1.3% en febrero, aunque en el año acumula una ganancia aún de casi 4.0%.
Esto pone en relieve a nuestros mercados. Por un lado, habrá factores externos e internos que tendrán injerencia en nuestros mercados.
Entre los factores externos se encuentra la política monetaria de la Fed y posiblemente los efectos de la reforma fiscal de Estados Unidos que le darán volatilidad al índice dólar y a las tasas de interés americanas.
Por el lado interno, tenemos el proceso de elecciones, que en años electorales, sabemos que entre marzo y junio, el proceso de “coberturas naturales” hacia una compra a favor del billete verde acelera una depreciación de nuestra moneda. También está la renegociación del TLCAN, el flujo en los mercados a través de seguir la tenencia de extranjeros en mercado de deuda y de capitales, así como el factor propio del Banxico y sus decisiones de política monetaria.
aarl