El jefe mexicano de la negociación técnica del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Kenneth Smith Ramos, confió en que México sea excluido de la propuesta del gobierno de Estados Unidos de aplicar aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
“Estados Unidos no debería considerar que Canadá y México presenten amenazas de seguridad nacional en materia de acero (y aluminio)”, enfatizó en el sexto día de trabajos de la séptima ronda del TLCAN.
Explicó que es necesario esperar a que el país vecino haga el anuncio oficial y se especifique a qué países se incluirán en la imposición de los impuestos de 25 por ciento al acero y de 10 por ciento al aluminio, lo que permitirá analizar las posibles opciones al respecto.
Aunque la medida traería riesgos a la regla de origen automotriz, uno de los temas álgidos que se discuten entre los tres países, aseguró, que ninguno de los equipos negociadores tiene la intención de levantarse de la mesa de la modernización del acuerdo comercial, con lo descartó que ésta tenga afectaciones.
Contrario a ello, Smith Ramos aseveró que las tres delegaciones trabajan de manera propositiva y con la finalidad de avanzar hacia el cierre de capítulos, como servicios financieros, comercio digital, medidas sanitarias y fitosanitarias y obstáculos técnicos.
“Estamos trabajando para ver que tanto podemos avanzar y de ser posible cerrar, quedan unos días de ronda y seguiremos trabajando”, insistió.
Tras el anuncio del gobierno de Estados Unidos, Donald Trump, la Cámara Nacional del Hierro y el Acero (Canacero) expresó ayer su preocupación y solicitó que México tome acciones recíprocas e inmediatas.
Resaltó que es necesario frenar la potencial oleada de importaciones desleales que buscarán colocarse en terceros mercados ante el cierre de ese país, al ser México muy atractivo por su consumo creciente de acero.
dpc