Es innegable que Ricardo Anaya ha sumado apoyos y simpatías que no tenía, a partir de la andanada de la PGR en su contra.

Igual lo hizo López Obrador cuando el gobierno de Fox intentó desaforarlo.

Los dos, el tabasqueño y ahora Anaya, se han defendido aduciendo la utilización de las instituciones para sacarlo de la contienda presidencial.

Hasta ahí, en parte por la torpeza con la que se han manejado las investigaciones en contra del queretano, hay un amplio consenso entre diversos sectores de la sociedad.

Pero aún con ese consenso, Anaya sí le debe una explicación a la sociedad que le ha apoyado.

Porque hasta ahora su defensa ha consistido en que se trata de una mentira y de un ataque del PRI-Gobierno en su contra; el equivalente, pues, a la “mafia del poder’’ lopezobradorista.

No son pocos quienes ahora piden al candidato frentista una aclaración pública sobre las acusaciones que pesan en su contra; ¿trianguló o no recursos para evitar el pago de impuestos?, ¿blanqueó activos sí o no?, ¿mintió o no en su declaración 3de3 o por lo menos fue inexacta?

Son preguntas que se hacen incluso quienes lo apoyan y condenan el uso faccioso de la PGR, como él mismo ha denunciado.

Y como la política no es un asunto de fe, por más que López Obrador trate de hacerlo parecer así, más vale que pronto se deslinde de ese asunto si no quiere que lo persiga toda la campaña, como su propia sombra.

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Cuando parecía que los astros se le alineaban al PAN en Yucatán para arrebatarle la gubernatura al PRI, otraaa deserción le empaña el panorama al blanquiazul.

El diputado federal con licencia Joaquín Díaz Mena renunció al PAN yucateco debido a que, según explicó, el candidato a gobernador Mauricio Vila no respetó el acuerdo por el que él sería candidato a senador.

La candidatura al Senado fue para el presidente del PAN en la entidad, Raúl Paz, lo que motivó la renuncia.

Pero no es cualquier renuncia; se trata de un panista que compitió ya por la gubernatura y aunque perdió la elección, logró la votación más alta para el partido en toda su historia.

Y por si eso no fuera poco, Díaz Mena fue presentado como candidato a la gubernatura por Morena, cuando Yucatán era el único estado en el que el partido de López Obrador no tenía mayor presencia.

Evidentemente en el PRI están de plácemes, pues un partido dividido aumenta potencialmente su probabilidad de mantener esa gubernatura.

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Ya saltaron otros opositores a la candidatura plurinominal de Napoleón Gómez Urrutia al Senado, regalo (¿?) de Andrés Manuel López Obrador.

Se trata del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores Mineros, Siderúrgicos, Metalúrgicos y Conexos, que agrupa a 14 mil obreros, laboran en Altos Hornos de México y subsidiarias, como Minera del Norte, Nacional de Acero y Hojalata Mexicana.

Estos trabajadores, encabezados por Ismael Leija Escalante, se separaron del sindicato minero en 2008 debido a que Napito se quedó con 16 millones de pesos que les correspondía a los trabajadores por bonos de productividad y otros.

Pero seguro se trata de otra infamia de “la mafia del poder’’.

¿O no…?

JNO