Depeche Mode ofrecerá esta noche el segundo concierto programado en el Foro Sol, en el inicio del segmento latinoamericano de su gira internacional The global spirit con la que el trío británico regresó a México luego de nueve años.
Se trata del tour más largo en la historia de la agrupación. Inició el 5 de mayo de 2017 en Estocolmo, Suecia, y se espera que hoy reúna nuevamente a 65 mil personas en el recinto de la Magdalena Mixhuca, tal como sucedió el domingo pasado.
Dave Gahan irradia juventud en cada movimiento. Se desliza de un lado al otro, y arranca suspiros por donde sea que mire. Pero su voz y el manejo escénico refleja la madurez de alguien que se ha mantenido activo en la música durante casi cuatro décadas.
Con toda la experiencia que un personaje de su talla posee, el líder de Depeche Mode y sus fieles compañeros, Martin Gore (guitarra y segunda voz) y Andrew Fletcher (bajo, sintetizadores) se reencontraron anoche con sus seguidores mexicanos, y la ocasión no pudo ser mejor.
El espectáculo comenzó con Going backwards, el tema que abre su último disco, Spirit. Antes de que sonaran los primeros acordes, ya Gahan hacía gala de su excelente condición física contoneándose al fondo del escenario y desatando la ovación. Sólo las arrugas delatan la edad del vocalista, porque corporalmente podría pasar por cualquier veinteañero fuerte y radiante.
El del domingo no fue un concierto promocional de Spirit, sino una fiesta de viejos éxitos y una magnífica producción con los maravillosos visuales de su amigo y frecuente colaborador, Anton Corbijn. El nutrido repertorio se concentró en sus discos de 1980 y 1990, siendo las piezas que se desprenden de Ultra (1997) algunas de las favoritas de la noche.
La euforia aumentaba al paso del espectáculo. Antes de que terminar la primera hora del show ya habían sonado It’s not good, Never let me down again, Barrel of a gun, y World in my eyes.
Tras su paso por México, Depeche Mode viajar a Sudamérica como parte del segundo segmento de sus presentaciones.
JNO