Eso de “soltar al tigre’’ le puede costar tanto a Andrés Manuel López Obrador como el “cállate, chachalaca’’.
Ya sabemos que la definición de democracia según el tabasqueño es “fraude… si no gano yo’’, pero alguien en su equipo debe recordarle que no es sembrando miedo como podrá ganar.
¿O no era precisamente de eso que se quejó en la elección de 2006, de la frase “López Obrador es un peligro para México’’?
Recurrir a la amenaza de una revuelta social ha hecho que, del viernes a la fecha, en las redes sociales y en la voz de algunos representantes de sectores económicos y políticos se condene la advertencia de “soltar al tigre’’.
El problema es que López Obrador no admite que, pese a que las encuestas lo ubican en primer lugar, su ventaja no es inalcanzable y que podría perder.
Si bien es cierto que hasta ahora sus adversarios políticos han derrapado en sus respectivas campañas –están más dedicados a atacarse entre ellos que a cuestionar los postulados del tabasqueño-, la fase pesada del proceso electoral aún no comienza.
Y precisamente en la etapa que sigue López Obrador tendrá que dejar su característica forma de escurrirse de las preguntas difíciles de precisar posiciones en las que ha sido ambiguo –por ejemplo, en el tema de los matrimonios homoparentales sólo por hablar de un tema social- hasta definir con certeza su credo –en lo que también ha sido ambiguo.
López Obrador puede tropezarse con su lengua, nuevamente, y favorecer a sus adversarios.
Tiene ventaja, claro, pero, a juzgar por los resultados de las encuestas recientes, no es inalcanzable.
Así que ya debe saber –o su equipo debe hacérselo saber- que para que haya mole con pollo, primero se necesita el pollo.
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Seguramente los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación deben pensar que vivimos en Finlandia o en Suecia.
Porque eso de que están a punto de hacer constitucional los cateos o revisiones policiacas sin orden judicial y dejarlo al criterio de las Policías dejará indefensa a la ciudadanía.
Los criterios de la ponencia del magistrado Javier Laynez parecen normados en una sociedad como la finlandesa, en donde sus policías son altamente respetados y respetuosos.
Imagínese que usted duerme en su casa y de repente rompen a patadas su puerta y comienza un cateo simplemente porque a un policía “se le hizo como que en su vivienda podía haber un elemento constitutivo de algún tipo de delito’’.
Si así estamos como estamos, con esa manga ancha los ciudadanos nos quedamos indefensos.
Ora sí que Dios nos agarre confesados.
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Estas elecciones deberían llevar como lema el de la campaña de Ernesto Zedillo: “Bienestar para tu familia’’.
En Morelos, Rodrigo Gayosso, hijastro del gobernador Graco Ramírez, compite por la gubernatura.
En Puebla, Martha Erika Alonso, esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle, busca ser gobernadora.
En Veracruz, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, competirá por la gubernatura.
Bueno, hasta Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, quiere ser Presidenta del país (por cierto, renunció al financiamiento público de su campaña, lo que supone un reto para el INE, pues no puede haber financiamiento privado. ¿O sí?).
Eso sin contar las decenas de hijos, sobrinos, primos, tíos, hermanos, esposas, novias y demás que serán diputados locales o federales y algunos, senadores.
Bienestar para la familia.