El presidente de EU, Donald Trump, despidió ayer abruptamente a su secretario de Estado, Rex Tillerson, para sustituirlo por el director de la CIA, Mike Pompeo, con el fin de rodearse de aliados incondicionales de cara a su próxima cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Después de casi un año de tensiones con su titular de Exteriores, Trump lo cesó de forma fulminante y sin aviso previo, dentro de una remodelación de su gabinete que incluye también la nominación de Gina Haspel para ser la primera mujer de la historia al frente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
“Mike Pompeo, director de la CIA, será nuestro nuevo secretario de Estado. ¡Hará un trabajo fantástico! ¡Gracias Rex Tillerson por su servicio! Gina Haspel se convertirá en la nueva directora de la CIA, la primera mujer elegida para ello. ¡Felicidades a todos!”, escribió Trump en su cuenta oficial de Twitter.
Tillerson no pudo hablar con Trump hasta el mediodía, casi cuatro horas después de que el presidente anunciara su despido, según explicó él mismo a periodistas en el Departamento de Estado.
“Ahora volveré a la vida privada como un ciudadano privado, un estadounidense privado, orgulloso de la oportunidad que he tenido de servir a mi país”, dijo Tillerson, que cedió sus responsabilidades a su número dos, John Sullivan, y dejará su cargo el 31 de marzo tras encargarse de algunas tareas administrativas.
El hasta ahora jefe de la diplomacia estadounidense “desconoce la razón” de su cese y “tenía toda la intención de seguir” en el cargo, aseguró en un comunicado el subsecretario de Estado para la Diplomacia Pública, Steve Goldstein, que también fue despedido después de hacer esas declaraciones.
Tillerson se encontraba de gira en África cuando recibió, la madrugada del sábado, una llamada del jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, quien le pidió acortar su viaje y le alertó que podría ser citado en un tuit de Trump, según el diario The New York Times.
El ex jefe de la petrolera ExxonMobil se convirtió en febrero de 2017 en el primer secretario de Estado en más de un siglo que no tenía ninguna experiencia previa en el sector público, y llegó al cargo entre críticas por su amistad pasada con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Pero Tillerson acabó siendo la voz más dura contra Rusia en el Gobierno y sus roces con Trump fueron constantes.
El Presidente decidió hacer el cambio ahora para “asegurarse de que tiene a su equipo en sus puestos con miras a las próximas conversaciones con Corea del Norte y a varias negociaciones comerciales”, dijo a los periodistas un alto funcionario de la Casa Blanca.
Trump reconoció ayer que no consultó “mucho” con Tillerson antes de aceptar la invitación de Kim, sino que lo decidió él “solo”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México expresó su reconocimiento a Tillerson, por el trabajo realizado a favor de la relación bilateral entre México y Estados Unidos, durante su gestión como Secretario de Estado.
“Al mismo tiempo, desea éxito a Mike Pompeo en su nueva responsabilidad y expresa su interés por trabajar de manera coordinada a favor de la relación bilateral, una vez que concluya su proceso de confirmación por el Senado estadounidense”, señaló la dependencia en un breve comunicado.
Por otra parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se mostró diplomático cuando durante una rueda de prensa fue preguntado sobre la salida de Tillerson.
“Hemos tenido una gran relación de trabajo con mucha gente, incluido Rex Tillerson. Pero también puedo decir que hemos tenido una gran relación de trabajo con su sucesor, el secretario nominado Pompeo”, dijo Trudeau.
El primer ministro canadiense añadió que su Gobierno va a “seguir desarrollando una relación productiva y fuerte destacando la cercanía, la conexión y la relación única que es la amistad entre Canadá y Estados Unidos”.
aarl