Coca-Cola Femsa anunció hoy el cierre de su centro de distribución en el municipio mexicano Ciudad Altamirano, en el sureño estado de Guerrero, debido al “hostigamiento” que sus trabajadores han sufrido por parte de grupos delictivos.
Desde enero de este año, los empleados de este centro “comenzaron a recibir constantes amenazas y agresiones por parte del crimen organizado” y se registraron afectaciones a las instalaciones, explicó la empresa en un comunicado.
Refirió que el cierre de operaciones es de “forma indefinida”, con el objetivo de “preservar la integridad y seguridad” del personal, conformado por 160 colaboradores.
“La falta de condiciones necesarias para operar de manera eficiente y segura en esta zona del estado de Guerrero, así como la reciente agresión injustificada hacia uno de nuestros colaboradores, llevó a la empresa a tomar esta decisión”, agregó Coca-Cola Femsa, la embotelladora más grande de productos Coca-Cola en el mundo.
Con presencia en esta región del sur del país desde hace cuatro décadas, la empresa lamentó “la ausencia de un estado de derecho” y la prevalencia de la impunidad.
Para concluir, reiteró su compromiso de trabajo “en estricto apego a la cultura de la legalidad”.
ot