El Parlamento de Cataluña rechazó ayer al independenctista Jordi Turull como candidato a la Presidencia de esa comunidad autónoma española, la víspera de que el aspirante y una veintena de políticos conozcan si son procesados por el Tribunal Supremo por delitos como rebelión y sedición.
Turull necesitaba al menos 68 votos para tener la mayoría absoluta que le hubiera otorgado la Presidencia, pero se quedó con 64 escaños a favor, por 65 en contra y cuatro abstenciones.
Lo que genró su derrota ayer fue la posición de los cuatro diputados del partido antisistema CUP, que en los últimos años ha sido aliado de los soberanistas pero que ve en la propuesta de Turull una aceptación de las reglas del Estado español y un abandono de la actitud de ruptura mantenida hasta ahora.
En su discurso, Turull ofreció al Gobierno español diálogo para tratar de resolver el contencioso generado por el proceso independentista en esa región.
Diálogo “no quiere decir debilidad ni renuncia”, sino que es “la mejor manera para poder avanzar”, pero “hasta ahora no se nos ha querido ni escuchar”, dijo Turull, quien subrayó que el Estado ha respondido al independentismo con “amenazas” y “represión”.
Al primer aspirante al Gobierno regional, el expresidente Carles Puigdemont, el Tribunal Constitucional le impidió protagonizar una investidura a distancia, ya que a finales de octubre se instaló en Bélgica, donde elude la acción de la Justicia española.
El segundo candidato propuesto, Jordi Sánchez, también optó por renunciar después de que el Supremo rechazara su petición de salir de la cárcel -está en prisión provisional- para acudir al debate.
JNO