Seis personas han sido detenidas, entre ellas tres supuestos reporteros, por el brutal asesinato del periodista Carlos Domínguez en enero pasado en el municipio mexicano de Nuevo Laredo, informaron ayer las autoridades.
En una rueda de prensa, el fiscal del nororiental estado de Tamaulipas, Irving Barrios, detalló que hay seis personas detenidas y dos de ellas habrían participado directamente en el crimen, que se produjo cuando Domínguez conducía un vehículo y varios individuos le propinaron más de 20 puñaladas.
Los otros cuatro detenidos habrían tenido una “participación trascendente en la premeditación del homicidio”, agregó.
Según las pesquisas realizadas hasta el momento, Barrios descartó que el móvil del crimen tenga que ver con alguna relación del periodista con el narcotráfico.
Cuestionado por la prensa, afirmó que tres de los sospechosos pueden ser reporteros en este mismo municipio fronterizo con Estados Unidos.
“Pareciera que hay (reporteros involucrados), pero lo corroboraremos en las próximas horas. (Algunos detenidos) se están acreditando como personas que se dedican a información; tenemos que ver si efectivamente se tratan de periodistas en activo”, afirmó.
El titular de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión (Feadle) de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía federal), Ricardo Sánchez, explicó a su vez que, para investigar el crimen, la línea “prioritaria” es la relativa a la labor periodística de la víctima.
Afirmó que expertos en información están analizando hasta 120 textos publicados por Domínguez el pasado año.
En entrevista con la emisora Radio Fórmula, Carlos Domínguez hijo confirmó este miércoles que, según la información que le han proporcionado las autoridades, al menos dos personas involucradas en el asesinato de su padre serían periodistas.
Además, dijo que uno de ellos era familiar directo de Carlos Cantú, exalcalde de Nuevo Laredo.
“Se me hace mucha coincidencia que su sobrino haya sido detenido, que hayan encontrado pruebas para detenerlo”, subrayó.
A su modo de ver, “faltan detenidos; fueron más personas las que tuvieron que ver”.
Consideró que el crimen se llevó a cabo “con mucha traición” por parte de “colegas del gremio, pues su padre tenía “muchos enemigos” entre compañeros a quienes llamaba “pseudoperiodistas” porque trabajaban de manera encubierta, y cobraban, de las autoridades.
Para Domínguez hijo, el asesinato no lo llevaron a cabo grandes políticos ni miembros del narcotráfico, sino que el asunto tendría un carácter mucho más local. “Son ciudadanos que creyeron tener poder, no son más que pobres diablos y van a pagar, y están empezando a pagar, lo que le hicieron a un buen periodista”, concluyó.
Domínguez, asesinado el pasado 13 de enero, trabajaba de manera independiente y escribía una columna sobre temas políticos. Anteriormente se había desempeñado en el periódico El Diario de Nuevo Laredo.
Días después del suceso, las autoridades estatales de Tamaulipas ofrecieron una recompensa de dos millones de pesos (unos 110.000 dólares) para obtener informes sobre el crimen.
México es considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. En 2017, fueron asesinados 12 comunicadores, y hasta ahora son 41 los asesinatos de periodistas en lo que va de la Administración del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), según datos de la ONG Artículo 19.
Según Reporteros Sin Fronteras, México es “el país en paz más peligroso del mundo para los reporteros”, con la misma cifra de muertos el año pasado que Siria (12), seguido de Afganistán (9) e Irak (8).
dca