FOTO: Especial López Obrador puntualizó hace unas semanas que para dirigir al país en el periodo 2018-2024 no seguirá las ideas de Hugo Chávez  

Por segunda ocasión, de las tres que se ha presentado como candidato a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador parte como favorito con casi todo a favor para apuntar su nombre en los libros de historia de México.

 

“La tercera es la vencida”, ha sentenciado López Obrador (Macuspana, Tabasco, 1953) en varias ocasiones durante los últimos años, como un aviso que de que esta vez será “la buena” para ganar tras sus derrotas en 2006 y 2012. Hasta ahora, los números le amparan.

 

Apoyado hasta el fanatismo por sus seguidores y criticado hasta el insulto por sus detractores, AMLO -así llamado por sus iniciales- a sus 64 años y con 41 de carrera, maneja de manera hábil la agenda política mexicana.

 

A principios de marzo reiteró ante banqueros su perenne alerta sobre un posible fraude electoral; a mediados, en un programa de televisión ante seis periodistas, salió bien librado, y a finales, con empresarios, dijo que era necesario revisar los contratos del nuevo aeropuerto de Ciudad de México para evitar actos de corrupción. Y así dominó el mes.

 

Crítico del modelo neoliberal que han aplicado los últimos seis presidentes, desde Miguel de la Madrid (1982-1988) López Obrador también ha señalado de manera constante la “corrupción imperante” como el principal problema de México, así como el rezago educativo.

 

Ha emprendido en los últimos años una cruzada particular contra la reforma energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, que abrió la explotación de hidrocarburos al sector privado.

 

Acusado por sus rivales de querer convertir a México en Venezuela y de demagogo, López Obrador puntualizó hace unas semanas que para dirigir al país en el periodo 2018-2024 no seguirá las ideas de Hugo Chávez, así como tampoco las del estadounidense Donald Trump.

 

En cambio, dice querer pasar a la historia como los presidentes Benito Juárez (1858-1872), Francisco I. Madero (1911-1913) y Lázaro Cárdenas (1934-1940).

 

Con un talante más amable y menos testarudo que en sus previas campañas, López Obrador ha sorprendido al pasar de la confrontación y del enojo a la atención y la sonrisa.

 

Nieto del militante comunista español José Obrador Revueltas, la carrera política de AMLO comenzó en 1977 y está marcada por una declarada lucha y defensa de los pobres y las causas populares.

 

Su abuelo, oriundo de la localidad española de Ampuero (Cantabria), llegó exiliado a México en la década de 1930 bajo la protección del presidente Cárdenas.

 

López Obrador dio sus primeros pasos en política con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), del que llegó a ser presidente en el estado de Tabasco (1983). En 1988 se sumó al proyecto izquierdista del Frente Democrático Nacional, que un año más tarde dio paso al Partido de la Revolución Democrática (PRD).

 

En 2006 su candidatura presidencial con el PRD fue de las que concitó mayor interés.

 

Sin embargo, en las urnas y tribunales, y pese a haber partido como favorito en los sondeos, perdió por una exigua diferencia de 0,56 puntos porcentuales ante el conservador Felipe Calderón, el menor margen en unos comicios presidenciales en México.

 

Inconforme, López Obrador organizó un plantón de 40 días que colapsó la capital. Nunca aceptó a Calderón, a quien calificó de presidente “espurio”.

 

En 2012 sufrió su segunda derrota al verse superado por la maquinaria del PRI, partido que recuperó la Presidencia, de la mano de Enrique Peña Nieto, 12 años después de haberla perdido, en unos comicios señalados por supuesta compra de “millones de votos”.

 

Tras su salida del PRD en 2013, AMLO fundó el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), con el que buscará la Presidencia apoyado por el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES).

 

Ofrece a los votantes su experiencia como jefe de Gobierno de Ciudad de México (2000-2005), cargo del que se apartó para contender por vez primera por la Presidencia.

 

Desde antes del inicio del calendario electoral en septiembre pasado, López Obrador arrancó en el primer lugar y desde esa posición es el rival a batir para Ricardo Anaya, del derechista Partido Acción Nacional (PAN), y José Antonio Meade, del PRI, segundo y tercero, respectivamente.

ot