El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva salió hoy de la sede del sindicato metalúrgico de Sao Bernardo do Campo, donde se acuarteló el jueves para dilatar su ingreso en prisión, para participar en una ceremonia en memoria de su esposa.
Lula se instaló en la sede del sindicato, donde se forjó su carrera sindical y política, en la noche del jueves, después de que el juez Sergio Moro dictara un auto de prisión inmediata y le conminara a entregarse antes de las 22.00 GMT del viernes.
El exmandatario, que siempre ha reivindicado su inocencia, desafió al magistrado y se mantuvo en la sede sindical, arropado por la cúpula del Partido de los Trabajadores, familiares y amigos.
Hoy, por primera vez en dos días, salió para dirigirse a una tarima improvisada en un camión instalado frente al recinto sindical, donde se oficiará una misa en memoria de su esposa Marisa Leticia, fallecida el año pasado, que hoy cumpliría 68 años.
El expresidente se vio tranquilo, vestido con una camiseta azul y un pantalón oscuro, y acompañado por la expresidenta Dilma Rousseff, la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) y algunos ministros en su gestión, como el excanciller Celson Amorim.
Miles de simpatizantes saludaron al exmandatario al grito de “Lula, guerrero del pueblo brasileño”.
Lula se ha mantenido en silencio hasta ahora sin develar si, como apuntan medios locales, se entregará a la Justicia en las próximas horas.
ot