CURITIBA.- El ex Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recluido desde el sábado en una celda en Curitiba para purgar 12 años de prisión por corrupción, recibió apoyo simpatizantes y miembros del Partido del Trabajo que impulsa su candidatura presidencia, quienes exigieron su libertad.
Lula quedó totalmente aislado en la celda especial de 15 metros cuadrados que le fue improvisada en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en la sureña ciudad de Curitiba y, fuera de los guardias, su único contacto fue con Cristiano Zanin, uno de sus abogados, según un comunicado del Partido de los Trabajadores (PT).
Su celda está totalmente aislada de la de otros condenados por el escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, incluyendo algunos que lo incriminaron, como el empresario Leo Pinheiro y su exministro de Hacienda Antonio Palocci.
“Él durmió tranquilo y no fue maltratado por los agentes del lugar. Permanece sereno y tranquilo”, según la nota del partido que ayudó a fundar en 1980 y que ha convocado manifestaciones en todo Brasil para exigir la liberación del líder en todos los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre.
La celda fue equipada ayer con un televisor, autorizado por la Justicia y que el expresidente pidió para poder ver el partido este domingo de su equipo de corazón, el Corinthians, que se medía por la final del Campeonato Paulista con su histórico adversario Palmeiras.
El PT anunció que realizará una vigila permanente en las inmediaciones de la edificación policial tanto para exigir su liberación como defender su derecho a disputar las elecciones presidenciales de octubre próximo, para las que aparece como favorito en todos los sondeos.
“Hasta el día en que Lula sea suelto, miles de personas pasarán todos los días por un lugar que se convertirá en el marco de peregrinación para todas las personas de Brasil y del mundo que luchan por justicia, democracia y respeto a los derechos fundamentales”, agrega el comunicado.
“Lula libre”, así bautizó la militancia reunida en un cruce del barrio de Santa Cândida, en Curitiba, el improvisado cuartel que comenzó a tomar forma ayer.
“Estamos en vigilia permanente por la libertad de Lula. Mientras él esté, nosotros nos quedaremos”, aseguró Vanda Santana, miembro de la ejecutiva paranaense del Partido de los Trabajadores.
El campamento en Curitiba se complementa con otro que también comenzó a ser montado cerca de la Corte Suprema, en Brasilia, para presionar a los magistrados que esta semana podrán analizar un nuevo recurso que puede favorecer a Lula.
La propia defensa admitió que la estrategia ahora es presentar un recurso extraordinario exigiendo la libertad ante el Tribunal Superior de Justicia y otro ante la Corte Suprema.
JNO