Foto: Twitter @brooklynmuseum El Museo de Brooklyn en Nueva York alberga desde hoy "Mujeres radicales del arte latinoamericano, 1960-1985", que reúne obras de 120 artistas de quince países, cuyo trabajo fue influenciado por el activismo social y la política  

Nueva York.- El Museo de Brooklyn en Nueva York alberga desde hoy “Mujeres radicales del arte latinoamericano, 1960-1985”, que reúne obras de 120 artistas de quince países, cuyo trabajo fue influenciado por el activismo social y la política.

 

La exhibición, que estará hasta el 22 de julio para luego marcharse a Brasil, es para sus comisarias, una reivindicación al aporte que hicieron latinas y chicanas a la historia del arte contemporáneo y que no le ha sido reconocido, dijo a Efe Cecilia Fajardo- Hill, una de las organizadoras de la muestra.

 

“Cuando muchas de estas personas hicieron las obras eran parte de un momento histórico de grandes expresiones artísticas”, señaló y lamentó que cuando se escribió la historia y las reseñas, “las mujeres se vuelven invisibles y los hombres visibles y entonces la gente piensa que la historia está hecha sólo por hombres”.

 

Esta exposición de fotos, pinturas, esculturas, vídeos e instalaciones, fue inaugurada en septiembre del 2017 en el museo Hammer en California, tras siete años de “monumental” investigación y de recolección de datos y obras, y ahora en Nueva York, y serán los únicos estados donde se mostrará en EU, dijo la comisaria Fajardo-Hill.

 

Explicó que el proyecto reúne artistas como la colombiana Beatriz González, las brasileñas Anna Maria Maiolino y Lygia Pape, la cubana Ana Mendieta y la chilena Cecilia Vicuña quienes han sido reconocidas por su originalidad y la naturaleza experimental de sus obras, al punto de ser consideradas entre las artistas más influyentes del siglo XX.

 

Pero también a otras de nombres menos familiares como la colombiana Sandra Llano Mejía, considerada por el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York como una de las pioneras del vídeo arte en el mundo.

 

A través de trabajos experimentales con tecnologías de la década de los 70, Llano Mejía dio vida a valiosas piezas de arte conceptual como la obra “In Pulso”, que forma parte de la exhibición permanente del MoMA y que se muestra en la exhibición, destacó la comisaria, quien habló con Efe sobre la radicalidad que comparten estas mujeres.

 

Destacó la experimentación artística usando diversos instrumentos, formas de trabajar el cuerpo, perfomances. “Son pioneras en cómo podemos entender hoy el arte contemporáneo, de cómo conformaron los lenguajes de hoy”, y algunas se tuvieron que exiliar y desde allí produjeron sus obras, indicó la curadora.

 

También hay una experimentación conceptual. “Todas estas obras de una manera u otra están envueltas en una forma de pensar y repensar ideas que no son nada convencionales, no son obras hechas para ser bellas” dijo para destacar además el aspecto político.

 

“Las obras aquí son políticas, algunas porque literalmente hablan de opresión política en tiempos de dictaduras o guerras civiles y en otras porque se deciden a que no quieren definirse a través de una idea patrircal de lo que es una mujer de lo que es su cuerpo, su sexualidad”, afirmó.

 

“Por otro lado -agregó- el periodo de la exposición, del ’60 al ’85, no es sólo un momento de luchas (tanto en EE.UU como América Latina), fue una época de experimentación artistica, de arte de vídeo, de tecnología, y en América Latina, cuando miras los libros, las mujeres no aparecen como conformadoras y pioneras dentro de todos esos lenguajes”.

 

Fajardo-Hill reiteró que esta exposición, dividida por temas y que abarca varias salas, “es grande porque trata de conformar un capítulo de la historia del arte que demuestra que todas ellas de alguna manera fueron pioneras y contribuyeron a lo que hoy entendemos es el arte contemporáneo”.

 

La colombiana Llano Mejía, que trabaja con gráficas médicas, aseguró a Efe que ha sido muy difícil realizar su trabajo en vídeo arte, desde sus comienzos en México, donde estudió artes visiuales en la década de 1970.

 

“Era muy difícil hacer una exhibición”, dijo para recordar que cuando lograba un sí para mostrar su trabajo “era en las glorietas o pasillos, pero no me daban una sala” de un museo “y el director no iba” al evento y en las galerías no le iba mejor “porque ellas quieren vender”.

 

“He sido muy discriminada porque no produzco objetos, no quieren muchas obras conceptuales. Terminas desgastada de tocar puertas”, afirmó.

 

fahl