Foto: Especial En palabras de su mamá, Violeta es una joven sensible, inteligente, noble, reservada y perseverante  

Violeta Alitzel Martínez Escamilla vive en Cuautla, tiene 18 años, estudia en la Preparatoria Diurna de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, desea ingresar a la licenciatura de matemáticas aplicadas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Obtuvo la medalla de plata en la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas, y en compañía de Nuria Sydykova Méndez y Ana Paula Jiménez Díaz, de la Ciudad de México y Marcela Cruz Larios de Campeche viajó a Florencia, Italia donde se enfrentaron a representantes de países europeos y de otros continentes resultando ganadoras de cuatro medallas de plata.

Gracias al éxito de la delegación nacional y a la suma de medallas de otras mexicanas en ediciones anteriores, México se posiciona en el séptimo lugar mundial en este certamen y en el puesto número uno entre los países de Iberoamérica.

Violeta fue elegida a partir de una preselección de ocho jóvenes más sobresalientes del Concurso Nacional de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas, después de arduos entrenamientos se integró la delegación que representó a México en el certamen internacional.

Sin embargo, Violeta no es una novata en concursos de esta índole, desde primaria ya era una niña comprometida con el estudio. Gracias al respaldo de su familia se destacó mediante el método autodidacta KUMON que la ayudó a ser más competitiva participando en certámenes estatales y nacionales como el concurso Pierre Fermat y la Olimpiada Mexicana de Matemáticas con medallas de bronce y plata.

En palabras de su mamá, Violeta es una joven sensible, inteligente, noble, reservada y perseverante. Desde hace ocho años es vegana debido a su amor por lo animales por lo cual rechaza el maltrato animal.

La matemática morelense en ciernes disfruta del cine de terror y suspenso, sus gustos musicales van de la clásica hasta el metal, le gusta viajar y es aficionada a la fotografía.

Violeta es parte de una familia tradicional que la admira y respeta, asimismo, representa a una nueva generación de mexicanas empoderadas, apasionadas de la ciencia cuyo reconocimiento trasciende fronteras y es ejemplo a seguir.

 

JMSJ