Rafael Nadal no jugaba desde el Australian Open, y ayer se paró de nueva cuenta en una cancha de tenis, y de arcilla. No podía ser de mejor manera su regreso, pues despachó en sets corridos al esloveno Aljaz Bedene.
Nadal recibió un caluroso recibimiento en la pista central del Monte Carlo Country Club y salió de la misma forma. Necesitó cuatro oportunidades para finiquitar su encuentro pero firmó su triunfo en 78 minutos, casi una hora menos de esfuerzo que Djokovic, que al final acabó con muchas dudas y con un evidente bajón físico.
La puesta en escena de Nadal, con camiseta amarilla calabaza y pantalón blanco, en el primer torneo de tierra batida en el que interviene este año no fue espectacular pero si resolutiva ante un jugador, 58 del mundo esta semana, al que ya había vencido en este mismo escenario hace dos años.
A pesar de la diferencias en el ránking no era un partido fácil para Nadal, que a estas alturas de la temporada solo ha disputado siete encuentros oficiales, los cinco de enero en el Abierto de Australia, donde se retiró en cuartos de final contra el croata Marin Cilic, tras sufrir una lesión en el psoas iliaco de su pierna derecha, y los dos que ganó a principios de este mes en la eliminatoria de Copa Davis contra Alemania en Valencia.
A RITMO DE MCENROE
Rafa cumple 170 semanas como líder del ranking de la ATP, y empató al estadounidense John McEnroe como los mejores de la clasificación y si el próximo lunes el ibérico se mantiene en la cima, será el quinto tenista con más semanas en lo más alto.
JNO