Chicago.- Decididos a caminar más de 1.100 kilómetros por “dignidad y respeto”, un grupo de activistas de EU inició hoy una marcha desde Aurora (Illinois) a Washington con el fin de exigir soluciones permanentes para los inmigrantes y en protesta por la militarización de la frontera con México.
“A costa de un gran sacrificio personal, queremos representar a nuestros hermanos y hermanas que no pueden participar por temor a represalias del Gobierno”, declaró a Efe el pastor anglicano José Landaverde, quien organizó y encabeza la caminata.
Lo acompañan unas 30 personas que representan a grupos proinmigrantes, jóvenes beneficiados con la Acción Diferida (DACA) y organizaciones comunitarias de Illinois, que en el primer día caminarán 25 millas (40 km), desde la ciudad de Aurora hasta la frontera con Indiana, pasando por Chicago.
“Yo estoy marchando por todos los estudiantes que no son documentados. Para ellos, en su corazón, los Estados Unidos son su hogar. Es donde crecieron, es donde vivieron, es donde tienen sus familias, sus amigos”, dijo a Efe la “soñadora” de origen mexicano Nancy Merlo.
Su compatriota Karina Rodríguez, dijo que participa en la marcha para protestar por el envío de efectivos de la Guardia Nacional a la frontera sur, porque a su entender “no están preparados o capacitados para tratar a un ciudadano”.
Según lo informado, el plan es caminar 25 millas por día para completar el recorrido en unos 35 días y llegar a la capital de los Estados Unidos, donde irán al Congreso a reclamar una solución legislativa para los “soñadores”, como se conoce a los jóvenes beneficiados con DACA.
Piden también el restablecimiento del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los inmigrantes de los países afectados con las recientes suspensiones de este beneficio hecho por el presidente Donald Trump.
El salvadoreño Mauro Navarro, beneficiado con el TPS y que es uno de los caminantes que espera llegar a la meta, pidió al Congreso respeto a la “dignidad de los inmigrantes”.
En el caso de El Salvador, el TPS fue activado por primera vez en marzo de 2001 como respuesta humanitaria del Gobierno estadounidense ante los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero de ese año que azotaron al país centroamericano.
Tras la suspensión del TPS para los salvadoreños, se estima que unos 200 mil inmigrantes de ese país se hallan al borde de la deportación.
“Aquí nos vamos”, dijo a Efe el también salvadoreño Rafael Chávez, después de la conferencia de prensa y acto de despedida.
En su caso lleva medicinas que lo ayudarán a “aguantar el paso”, junto a sus compañeros de ruta que confían en la solidaridad de las comunidades que encontrarán en el camino.
“No lo hacemos solamente por nosotros, sino por el beneficio de las generaciones futuras de inmigrantes”, dijo Landaverde, quien organizó una marcha similar a Cleveland (Ohio) en 2016, para protestar durante la Convención Nacional del Partido Republicano que eligió a Trump como candidato presidencial.
fahl