Emocionado de haber conseguido este año el premio World Press Photo, el fotoperiodista venezolano Ronaldo Schemidt se dijo emocionado por el reconocimiento y puso en relieve que el galardón se entregue a un latinoamericano después de 44 años de la última vez.
Entrevistado por Notimex después de que en conferencia de prensa se le presentó como el ganador del premio, explicó que su emoción se debe a que “después de 44 años hace que se voltee a ver a Latinoamérica, creo que está genial.
“Latinoamérica no es que no tenga problemas, creo que los problemas acá son igual de importantes que los que existen del otro lado del mundo, no somos menos que lo que está pasando en Asia o en el Medio Oriente, creo que Latinoamérica merece que este tipo de premios volteen a verla”, añadió.
En la conferencia de prensa, en la que estuvo acompañado por la directora mundial de Información de AFP, Michèle Léridon; el director de AFP para América Latina, Pierre Ausselli, y el director de AFP México, Sylvain Estibal, Schemidt dijo que los conflictos en el continente continuarán y “nuestra función es hacer que se sepa, ahí es donde pueden venir los cambios”.
El fotoperiodista venezolano obtuvo el premio World Press Photo por su imagen en la que capturó el momento de una explosión en la que Víctor Salazar, de poco más de 20 años, es envuelto por el fuego, durante las protestas en Venezuela por la situación política económica en el país sudamericano.
Durante el encuentro con los medios, el ganador del galardón, de poco más de 40 años de edad, dijo que el fotoperiodismo de alguna manera ayuda a que la comunidad internacional voltee a mirar los conflictos.
A Notimex, aseguró que en Latinoamérica la labor de los fotoreporteros es destacable, aunado a que existe una extensa cantidad de trabajos de buena calidad; sin embargo, en su opinión, muchos de ellos no cuentan con certezas debido a que trabajan por cuenta propia, lo que puede derivar en pérdida de talentos.
Estudiante de la licenciatura de antropología, Ronaldo Schemidt confesó que no había considerado que pasar su vida tras el visor de una cámara, mucho menos ganar un premio de este tipo.
El World Press Photo “ fue completamente sorpresivo, no te esperas ganar un premio así, justamente por eso, porque no estamos acostumbrados a que estos premios se los lleven las tragedias, los conflictos de Medio Oriente, crisis migratorias, las grandes tragedias, tsunamis, terremotos, pero América Latina siempre está ahí, atrás, a pesar de que pasan muchas cosas fuertes”.
También destacó el trabajo de las fotorreporteras, quienes poco a poco se abren paso en esta profesión; “hay una nueva generación y comienza a haber un balance, porque ellas tienen una enorme capacidad de estar metidas en el conflicto, muchas veces sin equipo de protección”.
Sin embargo, continuó, trabajan duro, “tragando gas, esquivando perdigones, pedradas, es genial que exista esta generación de mujeres jóvenes comprometidas con el fotoperiodismo”.
Schemidt recordó que comenzó a tomar en serio la labor de ser fotoperiodista en 2003 por lo que viajo a México para iniciar sus estudios en fotografía, con lo que nació también el interés por el fotoperiodismo; en sus recorridos por el país y Venezuela al final se quedó en Puebla, donde comenzó sus labores.
Así, recordó que su primer trabajo fue la cobertura de un accidente vehicular en Puebla, y aún cuando el incidente había sido terrible, las fotografías fueron muy buenas, lo que lo impulsó a continuar, desde hace 15 años y hasta la fecha.
Se dijo convencido de que el fotoperiodismo es una elección de vida, “lo sabía hace quince años, ahora lo sigo diciendo, tuve tentaciones en otros trabajos y dije que no, porque esto era lo que quería”.
Añadió que tras tres lustros de retratar situaciones tan dramáticas como la plasmada en la fotografía ganadora del World Press Photo, continúa viviendolas muy cercanas, “no dejo de sentir las historias, no puedes ser inmune a ese tipo de dolores, en general las historias me llegan muchísimo”.
En la conferencia de prensa, Schemidt señaló que ser fotoperiodista se trata de asumir riesgos, pero que ha recibido en su profesión capacitación específica para enfrentar dichas situaciones.
Abundó que la explosión en la que aparece plasmado José Víctor Salazar envuelto en llamas tuvo una duración de 14 segundos, y que el afectado sigue sin querer tener contacto con nadie; no obstante, los tratamientos para su recuperación le han llegado después de la exhibición internacional de la imagen ganadora.
Schemidt refirió que la fotografía galardonada con el World Press Photo ha sido controversial y se han dividido las opiniones en torno a los responsables de la explosión; sin embargo, fue un accidente en la que tanto él como Salázar estuvieron ahí.
NCG