Nuevamente Tigres se encuentra en la Liguilla y como es habitual, parte como uno de los favoritos para levantar el trofeo. Enfrente, Santos también es considerado como candidato fuerte, ya que no se puede olvidar que por algunas se mantuvo en el liderato del torneo.
El Estadio Universitario fue testigo de un duelo digno de Liguilla, con dos escuadras que no se guardaron nada de lo que tenían disponible y desde el inicio del cotejo pusieron al borde del asiento a más de uno.
Fue al minuto 21 que Hugo Ayala se levantó con fuerza y con un remate de cabeza incrustó el balón al fondo del arco santista. La grada felina estalló de emoción y comenzaba la parte más pesada del encuentro.
Bastantes faltas nacieron de las botas de ambos equipos, lo que volvió más rocoso el desarrollo de buen futbol.
Para fortuna de los técnicos, llegó el descanso y fue momento de replantear la estrategia.
En la segunda parte, Santos salió un poco más fino en las llegadas que realizó a la puerta custodiada por Nahuel Guzmán, pero las buenas intervenciones de este y la mala fortuna en el último instante no movían el marcador para la caus lagunera.
Si hay algo que caracteriza a Tigres es que si no se le marca en su oportunidad, el golpe de regreso suele ser mortal, y así lo lo dejó claro otra vez. Una buena descolgada por la banda derecha finalizó en un centro al área santista, donde Gignac se preparó para clavar la segunda estocada, pero una jugada muy rápida derivó en la pena máxima.
El francés tomo la pelota y el mismo cobró la falta. Disparo contundente de derecha que puso el segundo tanto para Tigres. El Volcán era un hervidero de pasión. Los minutos finales fueron de nuevo la tónica del principio; mucha irrupción de juego por buscar frenar al rival.
Tigres dio un par de zarpazos mortales y que si el Tuca plantea una buena estrategia como lo suele hacer en Liguilla, los felinos pueden instalarse sin mayor problema en semifinales.
JNO