MADRID.- El Atlético de Madrid asumió la resaca europea con un partido decepcionante, ajeno a su nivel en todos los sentidos en el estadio Wanda Metropolitano frente al Espanyol, que le puso más tensión, más ambición, se encontró el 0-1 en propia puerta de Stefan Savic y sentenció con el 0-2 de Leo Baptistao.
Un partido inconcebible, posiblemente, sin el precedente del duelo del pasado jueves contra el Arsenal, sin la acumulación de encuentros de las últimas semanas, si en juego en la Liga hubiera algo más que la segunda posición para el Atlético y si no estuviera ahí delante, a una semana y media, la final de la Liga Europa.
Porque el Espanyol, sin nada en juego, fulminó en el segundo tiempo las imponentes marcas del equipo rojiblanco en su estadio, sin derrota en sus últimos trece partidos en el Wanda Metropolitano y sin goles en contra en los doce más recientes, de los que ganó once, hasta la irrupción del equipo blanquiazul, un vencedor eficaz.
Hasta el minuto 22 no ocurrió nada en el partido, más allá del fútbol de uno y otro atascado en el centro del campo, de un montón de pases imprecisos, de los ajustes del Atlético al plan de tres centrales, de la reaparición de Filipe Luis siete semanas después de la fractura de peroné sufrida el pasado 15 de marzo o de las rotaciones para Antoine Griezmann, Diego Godín, Saúl Ñíguez…
En ese momento, llegó la primera ocasión del Atlético, casi la única interesante, cuando conectó su primer y único contragolpe, culminado con un tiro fallido de Vitolo, que instantes después reclamó el cambio. ¿Griezmann, Saúl, Gabi…? Diego Simeone apostó por una alternativa inesperada: el extremo del filial Arona Sané.
22 años, veloz, habitual últimamente en los entrenamientos del primer equipo y un debutante más entre los canteranos del conjunto rojiblanco para un partido casi siempre anodino en el primer tiempo, animado en acciones puntuales, como una carrera de potencia de Lucas que sorteó a unos cuantos rivales pero terminó en nada o la destreza que manejó Gerard Moreno en el otro área, fino y hábil.
Después de regatear a un par de rivales, el notable delantero soltó un zurdazo seco, al que no llegó ni siquiera el mejor portero del mundo en la actualidad, Jan Oblak, pero que fue repelido por el poste, en la mejor jugada por clase y resolución de todo el primer tiempo y el duelo, a un ritmo cansino, aligerado de tensión.
Aunque el Atlético aún tiene que cerrar la segunda plaza, la competición europea, con la final del 16 de mayo en Lyon, está muy presente en cada decisión del técnico en las últimas jornadas. Rotó después del partido de ida con el Arsenal. También este domingo tras el duelo de vuelta para dosificar, primero, y refrescar, después.
Removió el sistema, del 4-4-2 a los tres centrales a los que recurre recientemente, y el once, del que cambió a cinco futbolistas respecto al choque del pasado jueves. Uno era obligado por sanción, Diego Costa; los otros cuatro respondían a descanso: Gabi, Godín, Saúl y Griezmann, hoy por hoy esencial para el conjunto rojiblanco.
No sólo por sus goles, 20 en los últimos 22 partidos, sino porque el Atlético es un equipo mucho mejor cuando el balón está en sus pies para tocar, para conducir o para acelerar. Y porque el partido exigía un plus ofensivo para el bloque madrileño, sobre todo entre líneas, en la elaboración de las ocasiones más que en la resolución. El internacional francés calentó, pero no jugó ningún minuto.
Y eso que el Atlético había creado sólo dos oportunidades en 53 minutos, como el Espanyol, que aprovechó la siguiente sin esperarlo, casi sin querer, con un disparo aparentemente irrelevante de Melendo desde el borde del área que tenía dos destinos, Oblak o el saque de puerta, hasta que la intervención de Savic lo convirtió en el 0-1.
Mientras Simeone agotó su cambios con la entrada de Gabi por Filipe Luis, sin recurrir a Griezmann, el partido no sólo se movía en el 0-1, sino que apuntó un momento al 0-2, desde que Baptistao dribló a Savic dentro del área hasta que Oblak, salvador, se interpuso al tiro del brasileño y al rechace de Gerard Moreno.
Sí marcó en la siguiente Baptistao, con un buen disparo desde el borde del área. No hubo respuesta del Atlético, más pendiente de dosificar esfuerzos y de la final que tiene en una semana y media que del segundo puesto en la Liga, ya pendiente de marcadores ajenos para seguir dependiendo de sí mismo en una meta hoy secundaria. La primordial tiene día, 16 de mayo, y escenario, el estadio de Lyon.
– Ficha técnica:
0 – Atlético de Madrid: Oblak; Vrsaljko, Savic, Giménez, Lucas, Filipe (Gabi, m. 65); Vitolo (Arona, m. 26), Thomas, Koke (Saúl, m. 46); Gameiro y Fernando Torres.
2 – Espanyol: Pau López; Javi López, David López, Naldo y Dídac Vilá; Víctor Sánchez, Carlos Sánchez, Darder (Roca, m. 71), Melendo (Sergio García, m. 77); Gerard Moreno (Jurado, m. 83) y Leo Baptistao.
Goles: 0-1, m. 54: Savic, en propia puerta después de un tiro de Melendo. 0-2, m. 77: Leo Baptistao, con un derechazo desde fuera del área.
Árbitro: Munuera Montero (C. Andaluz). Amonestó a los visitantes Pau López (m. 61) y Melendo (m. 74).
Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo sexta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 49.834 espectadores. Antes del inicio del partido, el Atlético de Madrid juvenil ofreció al público el título de la Copa de Campeones conquistado este sábado.
DPC