Foto: EFE El opositor Parakan Harapan, o Pacto por la Esperanza, obtuvo en las elecciones celebradas el miércoles una mayoría en principio suficiente para descabalgar del Gobierno a Barisan Nasional, o Frente Nacional, del actual primer ministro, Najib Razak.  

KUALA LUMPUR.- Malasia se encaminaba el jueves hacía un cambio histórico después de que la oposición derrotara por primera vez en las urnas a la coalición que permanecía en el poder desde que hace 61 años el país alcanzó la independencia.

El opositor Parakan Harapan, o Pacto por la Esperanza, obtuvo en las elecciones celebradas el miércoles una mayoría en principio suficiente para descabalgar del Gobierno a Barisan Nasional, o Frente Nacional, del actual primer ministro, Najib Razak.

Liderado por un antiguo primer ministro, el veterano Mahathir Mohamed, de 92 años, el bloque opositor logró al menos 101 de los 222 escaños en juego frente a los 76 de la coalición de Najib, según los resultados divulgados por la Comisión Electoral.

La mayoría parlamentaria se sitúa en los 112 escaños y el bloque de la oposición tiene margen para negociar la formación del nuevo Gobierno con los partidos que se han repartido los restantes escaños, entre los destaca el islamista PAS, que logró 17 asientos. El triunfo opositor se produjo tras horas de incertidumbre debido al prolongado silencio de la Comisión Electoral, que hasta entrada la madrugada no confirmó los recuentos extraoficiales que ya el miércoles por la noche daban la victoria a la coalición de Mahatir.

El retraso provocó que Mahathir convocara improvisadamente a los periodistas para acusar a Barisan Nasional de “no anunciar los resultados” para “no admitir su derrota”, que pese al desgaste de la coalición gobernante tras décadas en el poder ha causado sorpresa. Najib figuraba como favorito por el anclaje de su formación política en todos los sectores sociales e instituciones del Estado, y también por las medidas legales que había adoptado en los últimos meses para asegurarse un triunfo que finalmente se le ha escapado.

Entre esas medidas figuraba una ley que penaba hasta con seis años de cárcel la divulgación de “noticias falsas”, y que se aprobó después de que Najib se viera envuelto en un escándalo de corrupción por desviar cientos de millones de dólares de fondos públicos.

Najib también rediseñó el mapa de los distritos electorales para favorecer la representación en las zonas rurales, feudo de su coalición, en detrimento de las urbanas, bastión de la oposición.

El rediseño de las circunscripciones electorales permitía que, para resultar elegido, un candidato necesitara en las zonas rurales un número de votos hasta cuatro veces menor que en las urbanas.

El coordinador de la Comisión de Derechos Humanos de Malasia, Jerald Joseh, declaró a Efe que asimismo la coalición de Najib había repartido durante la campaña electoral “dinero y prebendas” a grupos de votantes para asegurarse su apoyo en las urnas.

En un último intento de no perder el Gobierno y ganarse a los jóvenes, en su mayoría partidarios de la oposición, Najib anunció de el martes de forma inesperada que los menores de 26 años quedaban exentos de impuestos este año y se les reembolsaría los del pasado.

Pero nada de eso ha servido para derrotar a Mahathir, que ha hecho valer el prestigio que acumula desde que en los años que desempeñó la jefatura del Gobierno, de 1981 a 2003, se apuntalara la modernización y el desarrollo económico del país.

En sus primeras declaraciones tras su victoria, el antiguo primer ministro se dirigió a sus partidarios para anunciarles que su primer objetivo en la nueva etapa será “restablecer el imperio de la ley”, tras décadas de predominio omnímodo de Barisan Nasional.

Antiguo militante de la coalición hasta ahora gobernante, Mahatir había advertido que, de ganar las elecciones, su nuevo mandato como jefe de Gobierno sería “corto” debido a su elevada edad.

El veterano político precisó que su intención era ocupar el poder solo por “uno o dos años”, y traspasarlo a otro dirigente del bloque opositor, que analistas locales piensan que será Anuar Ibrahim, otro antiguo miembro de Barisan Nasional que se pasó a la oposición.

Para ello es necesario que -posiblemente el año que viene- Anuar salga de la cárcel, donde en la actualidad cumple condena por “sodomía”, un acusación que según observadores de la Unión Europea promovió su antigua formación, “por razones políticas”.

 

NCG