La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no necesariamente tendrá una “muerte súbita” este viernes, feche límite para notificar sobre un nuevo acuerdo comercial al actual Congreso de Estados Unidos.
La semana pasada, Ryan señaló: “Tenemos que tener el documento, no sólo un acuerdo, tenemos que tener el documento antes del 17 de mayo para que votemos sobre él este año, en diciembre”.
En ese sentido, el empresario mexicano dijo a Notimex que si en esta fecha no se logra un acuerdo en principio, la ventana de oportunidad sigue en las siguientes semanas de mayo e incluso en junio, siempre y cuando se tenga voluntad política y mayor sensibilidad de parte del gobierno de Donald Trump.
Después de ello, los jefes del Ejecutivo de los tres países deberán hacer un gran esfuerzo en su relación con sus respectivos Congresos, para aprobar el nuevo acuerdo del TLCAN, al tiempo que aceleran la redacción del texto y acortan los tiempos.
“Si Estados Unidos se flexibiliza y comprende que es un acuerdo para (beneficio) de los tres países, seguramente podemos tenerlo pronto, no necesariamente de aquí al viernes, pero si en los próximos días o semanas”, insistió.
Aunque aún quedan varios temas pendientes sobre las mesas de negociación, sobre todo los llamados álgidos, el también presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) dijo que tiene claro que de ninguna manera debe firmarse un nuevo tratado por la presión de los tiempos político-electorales.
“Eso significaría sacrificar la calidad por los tiempos; y eso no es lo correcto para el futuro del país (…). Nuestra recomendación es que cerremos un acuerdo que sea benéfico para los tres países y si no mejor esperamos hasta que se tenga el momento más adecuado”, manifestó.
Dejó en claro que el nuevo TLCAN debe promover la competitividad, el empleo y la inversión, tanto en la industria automotriz como la agrícola, y acentuó que éste debe ser permanente y sin plazos fatales porque, de lo contrario, no daría certeza a las inversiones en la región de Norteamérica.
Castañón Castañón reconoció que el mayor obstáculo es la regla de origen automotriz para avanzar hacia un posible cierre del acuerdo comercial, con 24 años de vigencia, y hacer frente a los procesos electorales de México y Estados Unidos.
Confió en que la delegación estadounidense también muestra flexibilidad al respecto, pues es indispensable tener una mayor integración regional a través de un clúster automotriz, con la participación de pequeñas y medianas empresas, y que dé la oportunidad de atraer inversiones y generar un mayor número de empleos.
“Vamos a esperar cuál es la decisión de Estados Unidos”, expresó el líder del sector empresarial, al recordar que los negociadores mexicanos presentaron su contrapuesta para la industria de autos, la cual contempla 70 por ciento del contenido regional para exportar vehículos, sin pagar aranceles, y no considera un componente laboral.
Mientras tanto, el equipo técnico mexicano, liderado por Kenneth Smith, tiene más de 50 funcionarios que siguen con los trabajos de negociación en la ciudad de Washington, D.C., quienes también se asesoran del llamado Cuarto de Junto.
TFA