¿Platícame como te acercaste a la música? Sé que tu padre fue quien te dio el primer empujón.
Sí, mi padre era un fanático del violín, incluso antes de que naciera había decidido que yo fuera violinista. Así que al nacer me puso un violín en la barbilla y hasta hoy, imposible quitarlo, siempre ahí clavado.
¿Tuviste algún acercamiento con otro instrumento?
Sí, pero muy básico. He tocado bastante viola y por mis años de estudio tuve que hacer un básico de piano.
¿Cómo te das cuenta de que tienes un don para el arte?
Bueno, eso ni lo piensas, yo creo que si lo piensas no es sano ni motivador. Yo nunca pienso que tengo un don, simplemente me encanta lo que hago, me encanta la música y siempre he tenido el sueño de ser violinista. Además, estoy consciente de que aunque tenga don, sin el trabajo y sacrificio no sirve para nada.
De niño tocabas en refugios, en medio de una guerra civil ¿Cómo fue?
Pues, yo nací en el Líbano y hasta los 15 años viví en el ahí. A mis 7 años comenzó la guerra civil libanesa que duró más de 20 años y yo seguía tocando el violín. Por aquella época, mi padre era muy riguroso, muy severo, entonces me obligaba a practicar y estudiar el violín, era un poco exagerado, a los siete 8 años, un niño tiene que jugar, pero hoy estoy eternamente agradecido.
Cuando empezó la guerra, pues, cuando estábamos metidos en los sótanos para escondernos de las bombas durante días, pues la vida seguía. Yo me llevaba el violín, otros la guitarra, otros bailaban y dentro de esta situación tan trágica, buscábamos que el tiempo que estábamos ahí fuera más ameno y con alegría. ¡Hacíamos fiesta, hacíamos música!
¿Dónde te ha gustado más compartir tu música?
A mí me gusta toca, da igual donde y para qué público. He aprendido que la música es algo tan fuerte tan impactante, que todos los seres humanos tenemos un corazón y un alma dispuesto a influirnos con la música, a emocionarnos, da igual si has nacido en China, Argentina o Irlanda, es lo que tiene el poder de la música, nos conmueve y es un idioma universal que tenemos todos. Eso sí, quizá en cada país la reacción del público es diferente.
¿Cómo es un día en tu vida?
Mi vida no tiene rutina, es lo que tiene. Un día puedo estar haciendo promo todo el día o viajando todo el día y por la noche concierto o si tengo un día tranquilo en casa, lo que me gusta es despertar y pasear; me gusta andar en la calle y mirar a la gente. Lo que hago todos los días sin falta, es que siempre práctico, no hay un día que no lo haga. Siempre encuentro por lo menos dos o tres horas practicando todos los días, porque si no, la caída es muy rápida.
¿Cómo te preparas para salir a un concierto?
No tengo una preparación especial, la preparación es de meses y meses, pero para salir al escenario no hay ningún ritual. Bueno, siempre intento estar descansado y estar en forma físicamente, con los dedos. El único ritual que tengo, es que antes de salir compruebo que tenga mi bragueta cerrada –risas-.
Tienes 26 discos ¿Sientes lo mismo desde el primero hasta el último?
Sí, es la misma emoción. El trabajo en el estudio, no es lo que más me gusta, a mí me gusta estar en un escenario. Grabar un disco para mí es una responsabilidad muy grande porque es algo que se queda para la eternidad. Lo que me pasas es que años después, no puedo escuchar el disco que grabé hace 15 años porque ahora lo haría de manera completamente diferente.
La beneficencia y tú
Yo creo que como artista es un deber que tenemos. Aparte de ayudar, especialmente concientizar y sensibilizar a todos aquellos que no saben de los problemas y las injusticias que existen en el mundo, lo que pueden aportar ellos con solo saber del problema.
¿Qué es lo que más te gusta de hacer música?
Tener la posibilidad de hacer feliz a mucha gente.
El ping-pong es un juego de dos
Yo te voy a decir una palabra y me contestas lo primero que te venga a la mente.
Música Libertad
Violín Toda una vida
Crear Inspiración
Beneficencia Deber
Familia Tu apoyo
Público Mi publico
Pasión Música
Guerra Ojala no existiera
Legado Nunca pienso en esto, no me interesa
Felicidad La razón de que estemos aquí