Foto: EFE El régimen de Pyongyang ha invitado a periodistas de EU, China, Reino Unido, Rusia y Corea del Sur para la clausura definitiva que tendrá lugar entre el 23 y 25 de mayo  

Seúl.- Seúl y Washington acordaron hoy seguir trabajando de manera estrecha para lograr el éxito de la cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos, mientras Pyongyang avanza en los preparativos del desmantelamiento de su base nuclear previsto para la semana que viene.

 

Tras una semana en la que el régimen de Kim Jong-un cambió drásticamente de tono y puso en jaque el ambiente de reconciliación, los lideres de Seúl y Washington han apostado por dar juntos un impulso al ansiado deshielo.

 

Durante una conversación telefónica de 20 minutos, los presidentes de Corea del Sur y EU, Moon Jae-in y Donald Trump, analizaron hoy los últimos pasos dados por Corea del Norte en relación a la cumbre prevista para el 12 de junio en Singapur, según relevó la Oficina presidencial surcoreana.

 

“Los dos líderes trabajarán de manera estrecha y firme para que la cumbre sea un éxito”, aseguró un portavoz de Seúl.

 

La charla telefónica, la número 15 entre Moon y Trump, llega después de que esta semana el régimen de Pyongyang haya amenazado con cancelar el histórico encuentro entre los líderes norcoreano y estadounidense por las demandas unilaterales de Washington en relación a la desnuclearización de península de Corea.

 

El jefe del ejecutivo de Seúl, principal impulsor del acercamiento con Corea del Norte, viajará además de lunes a jueves a Washington para reunirse con Trump y “hacer de puente” entre las dos partes de cara la cumbre de Singapur, según ha reconocido el Gobierno surcoreano.

 

Pyongyang suspendió el pasado miércoles una reunión de alto nivel con Seúl argumentando que unas maniobras militares conjuntas de Corea del Sur y EU suponen un ensayo para invadir territorio norcoreano, a pesar de haberles dado el visto bueno con anterioridad.

 

Horas más tarde el régimen de Kim Jong-un aseguró que también la celebración de la cumbre con Trump estaba en peligro debido a las presiones de la Casa Blanca en torno al modelo de desnuclearización que quieren imponer a Corea del Norte, basado en el utilizado en Libia.

 

A pesar de que Seúl ha apostado por rebajar la gravedad del cambio de actitud de Pyongyang, entre los dos países empiezan a surgir tiranteces que podría poner en peligro el reciente idilio intercoreano.

 

En este sentido, un portavoz de la Cruz Roja de Corea del Norte demandó este sábado que se repatríe “sin dilación” a doce camareras de un restaurante norcoreano en Pekín que desertaron al Sur en 2016, para demostrar así su propósito de mejorar las relaciones, según recogió la agencia estatal KCNA.

 

Pyongyang siempre ha denunciado que las trabajadoras norcoreanas fueron secuestradas mientras que Seúl sostiene que pidieron refugio en Corea del Sur de manera libre.

 

En una semana que parece clave para el avance del deshielo con Pyongyang, el régimen norcoreano tiene previsto realizar un desmantelamiento público, con la presencia de observadores y periodistas internacionales, de su centro de pruebas nucleares.

 

A través de su web de propaganda DPRK Today, Corea del Norte calificó hoy el cierre de la base nuclear de Punggye-ri (noreste del país) como “muy significativo e importante” y recordó que se lleva a cabo “de manera voluntaria” por parte del régimen estalinista.

 

De cara a este desmantelamiento, imágenes de satélite revelan que se podría estar construyendo “una plataforma de observación que permita a los periodistas ver de manera segura el derrumbe de las puertas norte y oeste del centro”, según publicó hoy la web especializada 38North.

 

El anuncio del cierre de la base llegó durante la cumbre intercoreana del pasado 27 de abril, cuando Pyongyang se comprometió a trabajar para la “total desnuclearización” de la península, después de haber afirmado que detendría sus ensayos armamentísticos.

 

El régimen de Pyongyang ha invitado a periodistas de EU, China, Reino Unido, Rusia y Corea del Sur para la clausura definitiva que tendrá lugar entre el 23 y 25 de mayo.

 

Pyongyang ha realizado sus seis pruebas nucleares subterráneas en Punggye-ri, incluida la última y más potente, en septiembre de 2017.

 

Pese al compromiso mostrado por Corea del Norte, muchos analistas dudan de sus promesas después de que en 2008 derrumbara públicamente parte de su planta de reprocesamiento de uranio y luego siguiera desarrollando su programa nuclear.

 

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