Foto: Reuters La compañía ha mantenido durante los últimos años su base de operaciones en el pequeño aeropuerto nacional de Celaya, situado en el céntrico estado de Guanajuato  

La gestión de Global Air, la aerolínea mexicana propietaria del avión estrellado en Cuba, está marcada por la opacidad antes y después del accidente del pasado viernes, con una página web y cuentas en redes sociales prácticamente inactivas.

La empresa, registrada bajo el nombre de Aerolíneas Damojh, dispone de una sede en una antigua casa del centro de Ciudad de México y se dedica a rentar aeronaves a otras aerolíneas como Cubana de Aviación, empresa que operaba el vuelo siniestrado.

De acuerdo con algunos medios locales, la aerolínea pertenece al empresario español Manuel Rodríguez Campos. Consultada por Efe, la compañía confirmó la vinculación de Rodríguez con la aerolínea, aunque se negó a detallar su cargo.

Esta es una de las muestras que ponen de relieve la gran opacidad de Global Air, fundada en la ciudad mexicana de Guadalajara en 1990 y que cuenta con una plantilla de entre 31 y 50 trabajadores, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Aunque la empresa cuenta en internet con el dominio globalair.aero, la página web no está habilitada, por lo que no es posible su visualización.

En el momento del accidente, Global Air disponía de una página en Facebook, pero estaba prácticamente en desuso y ofrecía un número telefónico que comunicaba con un domicilio particular.

Las últimas publicaciones de la compañía en esta red social fueron el 1 de febrero de 2017 y el 6 de julio de 2016, y mostraban fotografías de sus aviones.

Algunos usuarios habían comentado en estas fotografías sus quejas ante las dificultades para contactar con la empresa.

Tras el accidente, Global Air borró estas publicaciones y activó también una cuenta de Twitter que había sido creada en febrero de 2018 pero que en el momento del siniestro no contaba con ningún mensaje ni tampoco tenía seguidores.

Desde entonces, la empresa ha utilizado Facebook y Twitter como canal de comunicación por el cual ha emitido cuatro escuetos comunicados informando sobre la identidad de la tripulación y los avances en la identificación de las 111 víctimas mortales.

“Global Air expresa sus más sinceras condolencias y solidaridad a los afectados del accidente ocurrido el día de hoy en La Habana, estamos trabajando en conjunto con las autoridades para mantenerlos informados”, reza el único tuit publicado por la compañía, que fue difundido el mismo viernes del accidente.


Además, la aerolínea mexicana abrió dos números telefónicos habilitados solamente para atender a familiares de las víctimas en el accidente, mientras que no dispone de ningún contacto para medios de comunicación.

Global Air, que en noviembre de 2017 superó con éxito las revisiones técnicas llevadas a cabo anualmente por las autoridades mexicanas, fue suspendida de operaciones este lunes mientras Aeronáutica Civil de México investiga el accidente.

De acuerdo con el Gobierno mexicano, en el momento del accidente la aerolínea disponía de tres aeronaves comerciales y tenía permisos para ofrecer servicios aéreos hasta junio de 2020.

Asimismo, informaron que la compañía ya había sido suspendida temporalmente de sus actividades en 2010 tras un aterrizaje de emergencia, y en 2013, a raíz de la demanda de un capitán de la empresa que denunció el estado de uno de los aparatos.

También ha trascendido que jugadores de fútbol, del club argentino River Plate y del mexicano Tigres UANL, habían viajado en aviones fletados por Global Air.

La compañía ha mantenido durante los últimos años su base de operaciones en el pequeño aeropuerto nacional de Celaya, situado en el céntrico estado de Guanajuato.

En el caso del accidente en Cuba, el avión de la compañía se estrelló el pasado viernes poco después de despegar del aeropuerto de La Habana con 104 pasajeros, en su mayoría cubanos, y seis tripulantes mexicanos.

Tres mujeres sobrevivieron al accidente y fueron trasladadas a un hospital de la capital cubana, donde ayer falleció una de ellas, la joven cubana Grettel Landrove, de 23 años.

La aeronave cubría la ruta nacional entre La Habana y Holguín, una provincia a casi 700 kilómetros de la capital en la que residían 67 de las 110 víctimas.

NCG