NUEVA YORK.- Un grupo armado de la etnia rohingya masacró en agosto de 2017 a casi un centenar de habitantes de poblados hindúes en el estado de Rajine, en Myanmar, de acuerdo con nueva evidencia incluida en un informe difundido por el grupo civil Amnistía Internacional (AI).
Difundido este martes, el informe destacó que el grupo armado rohingya utilizó armas de fuego y espadas para ejecutar hasta 99 mujeres, hombres, niñas y niños hindúes, además de cometer homicidios y secuestros de habitantes de poblados de personas adscritas a esa religión.
Con base en decenas de entrevistas realizadas y pruebas fotográficas, AI reveló cómo, con estos brutales ataques, los combatientes del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán sembraron el terror entre las comunidades hindúes y otras etnias.
“Nuestra investigación más reciente sobre el terreno arroja una luz muy necesaria sobre los abusos contra los derechos humanos, en su mayoría no documentados, cometidos por el Ejército de Salvación Rohingya de Arakán”, dijo Tirana Hassan, directora de Respuesta a las Crisis de AI.
La investigadora señaló que durante la “oscura historia reciente del norte del estado de Rajine” resulta difícil ignorar la enorme brutalidad de las acciones del Ejército de Salvación, que han dejado una huella indeleble en los y las supervivientes de las masacres.
“La rendición de cuentas por estas atrocidades es en todos los aspectos tan crucial como la de los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas de seguridad de Myanmar en el norte del estado de Rajine”, consideró Hassan.
El 25 de agosto pasado el Ejército de Salvación Rohingya de Arakán atacó la comunidad hindú del poblado de Ah Nauk Kha Maung Seik, al norte del municipio de Maungdaw.
En el momento del ataque, los residentes hindúes vivían en estrecha proximidad con los residentes rohingyas, predominantemente musulmanes. Los residentes rajine, predominantemente budistas, también vivían en la misma zona.
Unos hombres armados vestidos de negro y residentes rohingyas locales vestidos de civil obligaron a agruparse a decenas de mujeres, hombres, niñas y niños hindúes, a los que robaron, ataron y vendaron los ojos antes de conducirlos a las afueras del poblado.
Unas horas después, los combatientes del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán mataron, al estilo de una ejecución, a 53 de los hindúes, y comenzaron por los hombres, de acuerdo con AI.
Según una lista detallada de las personas muertas que recibió AI, entre las víctimas de Ah Nauk Kha Maung Seik había 20 hombres, 10 mujeres y 23 niños y niñas, 14 de ellos menores de ocho años.
Ese mismo día los 46 hombres, mujeres, niños y niñas hindúes del vecino poblado de Ye Bauk Kyar desaparecieron. La comunidad supone que los miembros de la comunidad murieron a manos de los mismos combatientes del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán.
A finales de septiembre de 2017 fueron desenterrados, de cuatro fosas comunes, los cadáveres de 45 personas de Ah Nauk Kha Maung Seik. Los restos de las demás víctimas de ese poblado, así como las 46 de Ye Bauk Kyar, aún no han sido encontradas.
AI también documentó la participación del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán en otros homicidios y ataques violentos.
El 26 de agosto de 2017, los miembros del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán mataron a seis hindúes (dos mujeres, un hombre y tres niños) e hirieron a otra mujer hindú a las afueras del municipio de Maungdaw, cerca del poblado de Myo Thu Gyi.
Los homicidios se produjeron tan sólo unos días después de que los combatientes del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán lanzaran una serie de ataques contra unos 30 puestos de seguridad en Myanmar el 25 de agosto de 2017.
Tales ataques provocaron una campaña de violencia ilegal y enormemente desproporcionada por parte de las fuerzas de seguridad de Myanmar, que se ha caracterizado por homicidios, violaciones y otros actos de violencia sexual, tortura, incendio de poblados, y tácticas de hambruna forzada.
Los abusos cometidos en esa ofensiva constituyen crímenes de lesa humanidad, en virtud del derecho internacional. Más de 693 mil rohingyas tuvieron que huir a Bangladesh, donde aún permanecen.
NCG