LA HABANA. Los cuerpos de los siete mexicanos fallecidos en el accidente aéreo ocurrido el pasado viernes en La Habana, en el que murieron 111 personas, serán repatriados “lo más pronto posible”, dijo hoy el embajador de México en Cuba, Antonio Martínez.
En declaraciones a la prensa a las puertas del Instituto de Medicina Legal de La Habana, donde se lleva a cabo la identificación de las víctimas, Martínez explicó que la representación diplomática sigue atendiendo a las familias de las víctimas y haciendo “todo lo posible” por apoyarles.
Los mexicanos que fallecieron en el accidente son la turista Isela Savala y los seis miembros de la tripulación: el comandante Jorge Núñez, el primer oficial Miguel Ángel Arreola, la sobrecargo mayor María Daniela Ríos, las sobrecargos Abigail Hernández y Guadalupe Beatriz Limón, y el técnico en mantenimiento Marco Antonio López.
De ellos, han sido identificados los restos de Arreola, Núñez, Limón y López, y a los dos primeros ya se les ha practicado la autopsia, según establecen los protocolos internacionales en caso de accidente aéreo.
“Estamos haciendo ya todo el procedimiento para que puedan ir a la funeraria y poder repatriarlos a México. Lo importante ahora para nosotros es que la familia que quedó en México ya esté con sus seres queridos allá y que se les pueda dar sepultura lo más pronto posible”, refirió.
También agradeció la colaboración del Gobierno cubano, el Instituto de Medicina Legal y las autoridades de la aeronáutica civil de la isla “por la forma coordinada en que hemos trabajado para que en este momento de dolor y de tragedia podamos resolver el problema de la mejor forma posible”.
Desde el sábado, día después del accidente, comenzaron a llegar a La Habana los familiares de las víctimas mexicanas, a excepción de los allegados de Isela Savala, a los que se esperaba hoy martes.
Sobre la investigación, el diplomático recordó que han viajado a Cuba responsables de la Dirección de Aeronáutica Civil de México para sumarse a las pesquisas sobre el accidente, toda vez que el avión siniestrado pertenecía a una aerolínea de ese país, Global Air (también registrada como Damojh).
El Boeing 737 accidentado era propiedad de la citada compañía, también responsable de su mantenimiento, pero lo operaba en régimen de alquiler Cubana de Aviación desde hace menos de un mes, según las autoridades de la isla.
La aeronave se estrelló el viernes pasado con 113 personas a bordo -de las que solo sobreviven dos- en una zona de cultivos poco después de despegar del aeropuerto de La Habana, sin que de momento se haya informado de las posibles causas.
Los fallecidos son cien cubanos y once extranjeros: siete mexicanos -los seis miembros de la tripulación y una turista-, dos argentinos y dos saharauis, uno de ellos con pasaporte español.
JMSJ