FOTO: ESPECIAL Balance. De acuerdo a la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), en el primer trimestre de este año se contabilizaron 852 robos a trenes, mientras que en el mismo período en 2017 hubo 125 robos.  

Sin alertas. Es casi imposible que los trabajadores participen con la delincuencia, pues desconocen lo que se transporta de un punto a otro: líder del STFRM

Para evitar que se incremente el robo a trenes, el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) planteó la colocación de drones que permitan saber a kilómetros de distancia si la vía está despejada.

También la instalación de sensores en las mismas vías para detectar y reportar si hay averías a un kilómetro de distancia -evitando con ello descarrilamientos-, y que las empresas tengan cuerpos de seguridad capacitados con protocolos definidos para responder a una emergencia, como es un asalto, bloqueo de vía o robo en estación.

Víctor Flores Morales, dirigente nacional del STFRM, manifestó a 24 HORAS que las cámaras y aditamentos tecnológicos, así como el lugar a ocupar dentro o fuera del ferrocarril, deben ser determinados por los responsables de la implementación y utilización de esa tecnología.

La semana pasada, la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) informó que se contabilizaron 852 robos a trenes durante enero a marzo de 2018, lo cual rebasa los trimestres de 2017 (por separado), ya que en el primer período se registraron 125 robos; 331, en el segundo; 576, en el tercero; y 720, en el cuarto.

En tanto, Flores recordó que las líneas ferroviarias que cruzan los estados de Tlaxcala, Puebla, Veracruz y Guanajuato suman más de 500 eventos en los primeros tres meses de este año.

Añadió que en un descarrilamiento o asalto, además de ponerse en riesgo la vida de personas, se pierden locomotoras, mercancía, vías y durmientes. Asimismo, afirmó que durante los robos, los trabajadores son amenazados, retenidos y apartados del control de mando, hasta que la delincuencia vacía los furgones.

Sobre si los empleados podrían ser partícipes de esos actos, aseguró que es difícil.

“Es casi imposible relacionar alguna participación de los trabajadores con grupos de la delincuencia, toda vez que la tripulación no cuenta con la información de lo que se transporta de un punto a otro.

Sólo saben del recorrido que se realizará, las condiciones climáticas, el tiempo estimado y las condiciones mecánicas y de buen estado en el que corre el ferrocarril”, detalló.

Respecto a las personas que viven en los alrededores, explicó que los asentamientos son irregulares y difícilmente las autoridades logran moverlos.

Abundó que son grupos conformados por un número importante de familias o porque hay construcciones de casas bien cimentadas que a lo largo de los años se han ganado ese espacio.

“Ninguna familia quiere moverse aun y cuando sus viviendas están cerca de la vía, debido a que los descarrilamientos eran accidentes muy remotos”.

La estancia de la Gendarmería corresponde a las empresas que conforman el Sistema Nacional Ferroviario, las cuales, junto con los Gobiernos federal, estatales y municipales deberán acordar no sólo el tiempo y participación de los elementos de seguridad, sino los puntos donde deberán estar

Víctor Flores Morales
Dirigente nacional del STFRM

 

 

JNO