“Algo huele a podrido en Dinamarca” es una frase hecha que le decía el fiel Marcelo a Hamlet y Horacio en conocida obra de Shakespeare.
Lo mismo ocurre con Pemex.
A pesar de que las proyecciones del precio internacional del petróleo permiten estimar ingresos excedentes en las finanzas públicas por la exportación petrolera, la realidad es otra.
México cuenta con seis refinerías: Cadereyta, en Nuevo León; Madero, en Tamaulipas; Minatitlán, en Veracruz; Salina Cruz, en Oaxaca; Tula, en Hidalgo; y Salamanca, en Guanajuato. Además, es socio en los Estados Unidos de la refinería ubicada en Deer Park, en Houston, Texas.
Todas tienen “dos trenes” de producción de diferentes volúmenes, excepto Salamanca que tiene uno de producción, pero cuenta con otro tren de lubricantes único en México.
El año pasado, orilladas, más que por causas de rendimiento financiero o volumétricas, sino por huracanes, sismos, fallas eléctricas o técnicas, salieron de su producción normal las refinerías de Salina Cruz, Minatitlán y Madero. Hoy todavía no estabilizan su producción las refinerías de Madero y Salina Cruz.
Ante explicaciones difusas, imprecisas y confusas, los trabajadores de Pemex advierten el peligro argumentando que están en presencia del paro total de las dos refinerías más rentables de 2017.
Y la evidencia se acumula, dicen que se puede sacar a rehabilitación parte de un tren o todo un tren, pero no toda una refinería, esto último es lo que les deja la alternativa de las ganancias mal habidas.
Los mantenimientos a las refinerías provocan que Pemex reduzca su volumen de procesamiento de crudo; esto no quiere decir que Pemex no pueda producir al cien.
Entonces lo que no se dijo, y es lo importante, es que al mismo tiempo se inició la compra de crudo en el extranjero y de productos transformados -gasolina, turbosina y diésel-, y con ello el jugoso negocio que propician los paros.
La Comisión Reguladora de Energía informa que 17 empresas privadas comenzaron con la importación de gasolina y 50 traen diésel del extranjero, para su comercialización en México.
En tanto, la Secretaría de Energía reporta que se han otorgado 789 permisos para la compra al extranjero de un total de casi 616 mil millones de litros.
En la batalla de acusaciones, los trabajadores petroleros denunciaron el rompimiento de las estructuras de recursos humanos en refinerías, y como respuesta recibieron, aseguran, despidos injustificados de lo mejor del personal.
En estos días negros que vive Pemex, autoridades federales llegaron hasta la refinería de Salamanca, Guanajuato, para investigar a mandos y empleados de la refinería implicados presuntamente en el robo de combustible.
Además, los empleados de Pemex huelen la corrupción y anuncian la próxima firma de un contrato millonario con una empresa que tiene antecedentes de incumplimiento de contratos y ligada a otra compañía que está bajo investigación por escándalos de corrupción. A pesar de estos antecedentes, la licitación para la rehabilitación de la refinería Miguel Hidalgo de Tula se anunciará en cualquier momento.
Milonga: huele a podrido también en la delegación Benito Juárez, ya que empresarios denuncian extorsiones de parte de funcionarios de la delegación. “Cooperas o cuello”. Bien haría el jefe de Gobierno en escuchar las denuncias.
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