La imposición de aranceles al acero y aluminio mexicanos tomada por Estados Unidos afectará directamente al ciudadano, porque como consumidor final dejará de adquirir ciertos productos o tendrá que comprarlos a un costo más elevado, lo cual impactará en la inflación, advirtió Claudia Icela Martínez García, especialista de la Escuela Superior de Economía (ESE), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Dijo que el acero y el aluminio se emplean en la fabricación de autos y aparatos electrónicos, entre otros productos manufacturados por los cuales los mexicanos deberán pagar una mayor cantidad.
Indicó que las medidas que tomó el gobierno de México de gravar algunos productos norteamericanos para compensar el daño ayudan en el corto plazo, pero no son la solución para hacer frente a los efectos negativos en nuestra economía, como la pérdida de empleos, de competitividad, de producción, los cuales posteriormente se extenderán a otras industrias.
La académica del IPN destacó que esta guerra comercial, que también involucra a Canadá, hace cada vez más incierto el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). “Si bien es cierto que el tratado no ha sacado a México de sus principales problemas, no podemos prescindir de él porque sería un impacto tremendo en términos económicos”.
Martínez García comentó que el TLCAN es rehén de Donald Trump, quien en su campaña electoral prometió regresar industrias importantes a Estados Unidos como la acerera, la cual generaba fuentes de empleo y riqueza en diversas regiones de esa nación. En ese sentido, consideró que la medida arancelaria podría ser permanente, toda vez que esa nación tendrá elecciones intermedias.
Finalmente, Martínez García reconoció que el sector acerero mexicano resentirá la imposición de aranceles porque era el cuarto exportador a Estados Unidos, por lo que se tendrán que tomar en cuenta medidas adicionales para incentivar la industria y promover el mercado interno.
DPC