La economista en jefe de Banco Base, Gabriela Siller Pagaza, consideró que con las medidas arancelarias al acero y aluminio, Estados Unidos busca presionar a México para que acepte las cláusulas de reglas de origen y muerte súbita en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Pero en este juego del gato y el ratón que tanto le gusta al presidente Donald Trump, nadie sale ganando”, aseveró.
Ejemplo de lo anterior es que la imposición arancelaria en ambos metales podría tener repercusiones en la economía de ambos países, expuso la especialista en un breve reporte.
En el caso de Estados Unidos, los aranceles generarán un aumento de 1.0 por ciento en términos mensuales en los precios de bienes importados.
Además, refirió, la medida afectaría negativamente a las industrias que aportan 21.9 por ciento del valor agregado total del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, y entre las que destacan la fabricación de metales primarios, de productos metálicos; las actividades de comercio al por mayor y las industria mineras (excepto petróleo y gas), química, de productos electrodomésticos, equipo eléctrico y de cómputo, así como la industria automotriz.
Ante este efecto, Siller consideró posible que por el incremento de la inflación se geste una contracción del PIB de 0.2 por ciento trimestral y de hasta 0.92 por ciento anual si los aranceles se dejan por un periodo largo.
En tanto, la mayor inflación general podría provocar una política monetaria más agresiva de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, “misma que se traduciría en episodios de volatilidad financiera a nivel global”.
En México no se puede calcular exactamente el efecto que tendrían las medidas espejo adoptadas contra la inflación general, sin embargo, es previsible que esta variable se mantenga con presiones al alza y que con ello aumenten las posibilidades de otros movimientos en la tasa de referencia local por parte del banco central, afirmó la experta.
A decir de Siller, el incremento en la tasa a su vez desincentivaría la inversión nacional, en tanto que una guerra comercial hace más probable que se aplace la renegociación del TLCAN hasta el 2019.
Asimismo, agregó, de postergarse la discusión del acuerdo trilateral, la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país continuará con su tendencia a la baja y el tipo de cambio al alza.
fahl