La noche del 5 de diciembre de 2011, Paulina Peña Pretelini, hija mayor del entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, retuiteó un mensaje que había escrito originalmente su novio.
El mensaje surgido de la cuenta @JoJo Torre decía textualmente: “Un saludo a toda la bola de pendejos que forman parte de la prole y sólo critican a quien envidian’’.
Se refería a las críticas que por miles había recibido Peña Nieto durante su fallida y muy recordada participación en la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, en donde no supo responder a la pregunta de cuáles habían sido los tres libros que habían marcado su vida.
Paulina Peña no escribió el mensaje, sólo lo retransmitió, pero fue duramente criticada a tal punto que debió cerrar su cuenta y obligó a que el propio Peña Nieto saliera a disculparla públicamente.
Pero el hecho la marcó.
Ayer, cuando el candidato presidencial del Frente, Ricardo Anaya, abordaba el avión que lo traería de regreso de Mérida a la CDMX, el hijo de Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán, le gritó al panista y sus acompañantes “son unos cerdos’’.
Varios testigos confirmaron a noticieros vespertinos que el hecho ocurrió, a pesar de que Yeidckol Polevnsky lo negara una y otra vez.
La reacción del hijo de López Obrador, generalmente bajo la sombra de su padre, de muy bajo perfil, pudo deberse a que Anaya realmente hizo enfurecer al tabasqueño con el asunto de los contratos asignados directamente a quien llamó “su constructor preferido’’, José María Rioboo Martín por un monto de 170 millones de pesos.
Independientemente de ello, la reacción de López Beltrán no sólo contradice lo dicho por su padre, sino que dio pie para que nuevamente, en las redes sociales, los antipejistas se le fueran a la yugular y cuestionaran su forma de vida.
¿De qué ha vivido todos estos años en los que no se le conoce un empleo formal?, ¿en dónde ha estudiado?, ¿qué autoridad moral tiene para criticar a los críticos de su padre?
Peña tuvo el valor de salir a reconocer el error de su hija; ¿hará lo mismo López Obrador?
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Por cierto, el Grupo Riobóo envió una “nota aclaratoria’’ sobre los dichos de Anaya en el debate del martes pasado.
En síntesis, el Grupo precisa que no construye, sino que planea, diseña, proyecta, administra y supervisa obra; son empresas que se dedican al cálculo estructural.
Segundo, que efectivamente recibieron adjudicaciones directas “debido a que resultaba la solución más económica y conveniente al interés público’’ y que fueron legales.
Sobre su participación en el proyecto del nuevo aeropuerto, el Grupo dice que sí concursó, pero quedó fuera; aun así no impugnó ni cuestionó el fallo.
Después de eso, López Obrador les pidió un proyecto que es el que está publicado en un libro.
Falta la réplica del queretano.
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Otra vez un tren fue detenido y asaltado en Puebla, pese a los muchos anuncios de que no volvería a ocurrir.
El botín fueron 50 toneladas de trigo que por ahí se venderán en los tianguis locales.
Imposible pensar que eso pudiera ocurrir sin la complicidad de las Policías locales que lleguen al lugar del asalto y se dedican a mirar sin hacer nada.
Pero eso, tenemos un tercer Mundial de futbol.