RÍO DE JANEIRO. Polarizado políticamente, Brasil enfrenta cuatro meses de precampaña electoral con la asignatura de definir si Luiz Inacio Lula da Silva – líder en las encuestas – puede participar, al tiempo que trata de atajar el fenómeno creciente de las noticias falsas (fake news).
El Tribunal Superior Electoral (TSE), la mayor Corte electoral del país, lleva meses articulando con los partidos políticos brasileños un cierto control de las noticias publicadas en páginas web o de redes sociales, con el objetivo de evitar que se propaguen noticias falsas que puedan afectar a la credibilidad de los candidatos.
El presidente del TSE, Luiz Fux, que es también juez de la Corte suprema, declaró recientemente que las noticias falsas es “la segunda preocupación” mayor ante los comicios, solo por detrás del caso de Lula da Silva, que lidera con 30 por ciento de votos las encuestas pero podría ser inhabilitado por sus problemas judiciales.
La justicia electoral de Brasil, país que enfrenta los comicios más inciertos desde la redemocratización en 1985, dijo que actuaría para poner freno a rumores y noticias falsas, y de hecho ya se posicionó al respecto.
El pasado 8 de junio, el TSE ordenó a Facebook que eliminara en 48 horas noticias falsas de una página de la red social que difundía que Marina Silva, candidata ecologista tercera en las encuestas y ex ministra durante el gobierno de Lula da Silva, había recibido en el marco de la Operación Lava Jato.
“Las informaciones no tienen comprobación y se limitan a afirmar hechos sin fuentes o referencias”, falló la justicia a favor de Silva, quien habría presentado el pedido.
La justicia también pidió a Facebook que entregue la IP de la página que difundió la información falsa (Imprensa Viva, vinculada a perfiles contra el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva).
La red social dijo en un comunicado que “cumpliría con las decisiones judiciales”.
Se trata de la primera decisión judicial de este tipo de cara a los comicios de octubre, pero los especialistas advierten que, si bien el caso de Facebook puede ser quizá monitoreado, más complicado será el de Whatsapp, donde hay mayor inmediatez en la difusión de informaciones.
El presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, el mismo precandidato de centro-derecha a las elecciones, instó esta semana a que el mundo político articule respuestas a la propagación de fake news, aunque alerto de cualquier medida excesiva que pueda ser entendida como censura.
“La discusión de las ‘fake news’ es una discusión muy importante, con el cuidado de que una regulación sobre este asunto no suponga ningún tipo de censura”, dijo Maia.
Las de octubre (7 y 28) son las elecciones más inciertas en Brasil en décadas, en parte porque los dos favoritos – Lula da Silva y el diputado de extrema derecha Jair Bolsonaro, que suman 50 por ciento de las intenciones de voto – podrían ser inhabilitados por problemas en la justicia.
AM