Con sonrisas de oreja a oreja, eufóricos, en pantalones cortos, algunos sin camisas, otros, la mayoría, con playeras verdes, con la elegante camiseta negra, la blanca y hasta la naranja y la morada, todos con banderas, trompetas, miles de fanáticos se reúnen en el Ángel y en Zócalo de la Ciudad de México para celebrar el triunfo del Tri sobre su similar de Alemania en el Mundial de Futbol Rusia 2018.
Al grito de “¡México, México, México!” y el ya famoso en redes sociales: “Alemania lo sabe, le toca la…”, brincando y el rostro pintado con los tres colores de la bandera, niños, mujeres, adultos y personas de la tercera edad o con alguna discapacidad; pobres, ricos, güeros, morenos, ejecutivos y obreros, hoy todos se fundieron en uno mismo monolito para gritar: “Ganamos, al fin le ganamos a Alemania”.
Toda la población está excitada, la adrenalina corre al cien por sus cuerpos, demuestran su exaltado entusiasmo por el resultado del partido celebrado este día, en el cual la Selección Mexicana venció con marcador de un gol a cero a los teutones, hasta hoy, eternos verdugos de los aztecas, basta sólo recordar el Mundial México 86 en Monterrey, cuando no sacaron al combinado mexicano de la justa mundialista, de “manera injusta”, pues “El Abuelo” Cruz había anotado contra los arios.
Apenas acabó el juego, la población salió de inmediato a las calles con lo que traía puesto (algunos con gran fervor portaban desde temprano camisetas de la amada selección tricolor), ropa ligera, pantalones de mezclilla o bermudas y shorts; a pie, en motocicleta o en bicicleta, cientos de personas llegan para festejar el resultado agitando banderas del país y cantos representativos del sentir nacional.
Al grito de “todos vamos hasta el Ángel”, una marea verde se transporta lo mismo en las líneas del Metro, que en el Metrobús, hay quienes de plano tomaron por asalto un microbús y todo repleto van rumbo a Paseo de la Reforma para tomar sus calles y lanzar gozosos ese grito que muchas veces se ahoga ante los resultados adversos de la Selección Mexicana de Fútbol. ¡Viva México Cab…”.
Un escenario similar se vive en la Plaza de la Constitución, el conocido Zócalo de la Ciudad de México, donde se montó una pantalla monumental para que los presentes disfrutaran del partido y que tras el resultado se convirtió en una verbena en la que no se para de gritar y manifestar euforia y agradecimiento a los futbolistas por el resultado histórico e histérico.
Las muestras de felicidad también han invadido las redes sociales para dar a conocer la situación que se vive a través de videos cortos y fotografías tomados con sus teléfonos celulares y memes como: La raza pura 0, La pura raza 1; o Triciclos Apache 1, Mercedes Benz 0; a Memo Ochoa con banda presidencial y sentado en “Silla Grande”, o comparado las mejores paradas del año…
El triunfo de la Selección Mexicana también se vivió en los hogares de los capitalinos, donde acompañados de bebidas y botanas, y en algunos casos de un desayuno nutritivo, cientos de padres festejaron su día como nunca antes.
Familias enteras, padres, madres e hijos, se reunieron para vivir la emoción del mundial y si restricciones gritaron y saltaron de felicidad cuando la oncena mexicana anotó el primer y único gol del partido, a cargo de Hirving “El Chucky” Lozano, así como cuando el árbitro silbó el final del partido.
Incluso los memes muestran en lugar de la Victoria alada en lo alto de la columna de Paseo de la Reforma que creó Antonio Rivas Mercado para festejar el Centenario de la Guerra de Independencia de México (1910), un muñeco “Chucky” para homenajear al nuevo niño héroe tricolor Hirving “El Chucky” Lozano, el que con su gol llevó a la población a vislumbrar un pedacito del paraíso y a olvidar por completo las campañas políticas.
Hasta el último momento se sufrió por las embestidas alemanas, tras varios gritos que se ahogaron con las llegadas fallidas de los seleccionados mexicanos, después de que desde el primer tiempo se anotó ese gol bendito que hizo historia en el futbol de nuestro país.
Cerveza o trago en mano aunque fueran las 10 de la mañana, todos sufrieron ante el televisor, en los hogares, en restaurantes y ante las pantallas gigantes colocadas en diversos puntos de la capital del país, ya que cinco delanteros alemanes trataban de perforar la meta azteca para aguarnos la fiesta.
Incluso en el último tiro de esquina a favor de los alemanes, donde se fue el portero teutón a tratar de rematar, todos los mexicanos tenían el alma en un hilo y convocaron absolutamente a toda la corte celestial para ayudar en esa difícil cruzada a “San Memo”.
Son las 10 de la mañana para estar tomando cerveza, comenta una doña en un vecindario popular al presunto “jefe” de la casa: “Sí pero en Japón ya es de noche, fue la respuesta socarrona de muchos mexicanos que disfrutaron triunfo chela en mano, total, es domingo y la “cervatana bien muerta” y el gol nos saben a gloria, porque la victoria tiene la paternidad de todos.
Y de aquí, vámonos sobre Corea y Suecia, los mexicanos ya ganamos, ganándole ni más ni menos al campeón del mundo, con lo que los memes ya festejan y ponen como portada de los libros de texto gratuito a la Selección Mexicana.
“Los ánimos dan pa’ más, ahora si vemos cerquita el quinto… y no hay quinto malo, ahora si vamos a jugar cinco partidos no cuatro y por qué no… ya envalentonados, los siete”.
El Ángel y la avenida Reforma lucen llenos de matracas, trompetas, todo tipo de cornetas, tambores, batucada y la fiesta que hacía falta para soltar presión.
El ruido es ensordecedor y sube el frenesí del festejo, ni en 15 o 16 de septiembre se ven tantas banderas tricolores que frenéticas ondean de un lado a otro como hoy, queriendo mostrar el patriotismo futbolero que todos llevamos a dentro y todos vestidos con la playera nacional celebran y cantan el “Cielito Lindo”, que se ha convertido en el segundo himno de los mexicanos aquí en tierra azteca y en el extranjero.
La playera más usada es la de Chicharito, aunque poco pudo hacer el delantero más aclamado en nuestro país. Todavía eran muy escasas las que aludían al “Chucky” Lozano, quien en este partido se convirtió en héroe nacional.
La cerveza disfrazada de refresco pasa de boca en boca, sin provocar asquito, total, hoy todos somos hermanos, disfrutándo en este día donde hasta el Dios Tlaloc respete tierras chilangas y acabe intempestivamente con el festejo.
“Pues el que le apostó a México se rayó, porque las apuestas iban uno contra cinco o más de que ganaba Alemania”, dijo Fernando, quien con esposa e hijos llegó hasta el Ángel para gritar a todo pulmón el triunfo de México.
Su hijo del mismo nombre, comentó que él si le apostó a la selección. Hoy todos los niños si creyeron en la Selección Nacional y obtuvieron su recompensa. Ahora… a seguir soñando.
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— 24 HORAS (@diario24horas) 17 de junio de 2018
DPC