Esta semana nos enteramos que la senadora con licencia del PT y ahora candidata a la alcaldía de Álvaro Obregón facturó a nombre del Senado gastos personales que ascienden a 700 mil pesos durante 2016 y 2017.
Pero, ojo, estos 700 mil pesos sólo corresponden a unas cuantas facturas y no a la totalidad de las cuatro mil facturas que presentó a lo largo de esos dos años y que equivalen a poco mas de cinco millones de pesos.
Los cargos, que no están relacionados con su labor legislativa, incluyen tintes para el cabello, desodorantes, pasta de dientes, ropa, almohadas, sábanas, un refrigerador, una estufa, una licuadora, las compras del supermercado y muchos más.
El viernes, la senadora difundió un video en sus redes sociales en el cual aseguró que el sueldo de un senador se divide en una partida que se llama dieta y otra denominada “gastos legislativos”, sueldo del que puede decidir libremente qué va a hacer con él.
“He tratado de que no se invierta en cuestiones personales, pero si me quiero comprar un tinte o si le quiero invitar a mis compañeritos tres campechanitas sin azúcar, pues puedo hacerlo”.
Sin embargo, hay que hacer notar que cuando la senadora con licencia presentó su declaración 3de3 (https://www.3de3.mx/declarantes/6701?declarant_type=candidate), nunca manifestó que dentro de su sueldo estuviera contemplado la partida de gastos legislativos.
En esa declaración, ella afirma que su remuneración anual por cargo público es de un millón 798 mil 609 pesos, que incluye sueldos, honorarios, compensaciones, bonos y otras percepciones. Es decir, que en su declaración ella afirma recibir una dieta mensual de 149 mil 884 pesos, y las facturas suman mucho más.
Pero en realidad este debate sobre Layda Sansores nos lleva a cuestionar algo mucho más importante, pese a toda la transparencia que se ha intentado dar en el Senado de la República, hoy día seguimos sin conocer ¿cuánto gana más allá de la llamada dieta de un senador?
Incluso si uno checa las declaraciones de distintos senadores, cada quien maneja cifras distintas sobre sus percepciones. La realidad es que su salario o dieta viene en el Manual de Percepciones de los Senadores y Servidores Públicos de Mando, el cual expone que ganan 236 mil 67 pesos mensuales.
Lo que no se sabe con certeza es cuánto recibe cada senador en el rubro de gastos legislativos. Hay que destacar que, como lo expuso Integralia en su último reporte legislativo, “las subvenciones son los recursos financieros asignados a las fracciones legislativas para el adecuado desarrollo de las actividades parlamentarias, complementarias y de gestoría como representantes populares. Aunque el Congreso exige cuentas y revisa el gasto de los otros Poderes de la Unión, y debe guiarse por las nuevas disposiciones de transparencia contenidas en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, promulgada en 2015, no cumple cabalmente con el principio de rendición de cuentas sobre los gastos que sus bancadas ejercen”.
Las subvenciones de los grupos parlamentarios del Senado han aumentado de forma sistemática en los últimos años sin que exista justificación para ello. Según el Informe de la Cuenta Pública de 2012, las subvenciones se han incrementado hasta 43% de un año a otro, “y se ha registrado un incremento de 252.6% equivalente a 756,972.3 miles de pesos entre los años 2000 (299,664 miles de pesos) y 2012 (1,056,636.3 miles de pesos)”.
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