El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró hoy que su país no se convertirá en “un campo de inmigrantes”, al compararlo “con lo que está sucediendo en Europa”, e insistió en que un país necesita fronteras fuertes.
“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un campo de acogida de refugiados. Lo que está ocurriendo en Europa y otros lugares, no lo permitiré, no bajo mi vigilancia”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense defendía así su política migratoria de mano dura ante la polémica desatada por la separación de menores de sus familias tras cruzar ilegalmente la frontera.
Trump insistió una vez más en “un país sin frontera no es un país para nada”.
Las autoridades confirmaron la semana pasada que separaron de sus familias a cerca de 2.000 menores inmigrantes en la frontera con México en un plazo de seis semanas en el marco de la política de “tolerancia cero” en la frontera y contra la inmigración ilegal, impulsada por Trump.
En los últimos días han aparecido reportes de la dramática situación de estos menores, alojados en almacenes reconvertidos en centros de detención temporal y en algunos casos ubicados dentro de recintos divididos a modo de jaulas.
En consecuencia, han crecido en los últimos días las críticas de la oposición demócrata, pero también en el seno del propio partido republicano, al que pertenece el mandatario estadounidense.
NCG