Promesa. Enfrenta el reto de “modificar” el acuerdo de paz con las FARC, como ofreció en campaña
BOGOTÁ.- El abogado Iván Duque, candidato del partido uribista Centro Democrático, fue elegido ayer como presidente de Colombia para el periodo 2018-2022.
Con un discurso de firmeza contra todas las formas de ilegalidad y la promesa de «modificar» aspectos del acuerdo de paz con las FARC, Duque convenció a más de 10 millones de electores, en medio de críticas por su cercanía con el ex presidente Álvaro Uribe, señalado por sus vínculos con paramilitares y narcotraficantes.
Duque, de 41 años, obtuvo en la segunda vuelta celebrada realizada ayer una votación sin precedentes en el país de 10.3 millones de votos, equivalentes al 53.98 %, según datos de la Registraduría Nacional, autoridad electoral.
Su rival, Gustavo Petro, del movimiento Colombia Humana, también alcanzó una votación récord para la izquierda del país al recibir 8 millones de sufragios, que representan a 41.81% de los electores.
El voto en blanco, que en las últimas semanas ganó protagonismo como alternativa para los electores de centro, estuvo por debajo de lo que habían proyectado las encuestas y fue la opción escogida por 808.141 ciudadanos (4.20 %).
El presidente Juan Manuel Santos, tal como había prometido, llamó a Duque una hora después de que se confirmara su triunfo y le ofreció «toda la colaboración del Gobierno para hacer una transición ordenada y tranquila».
A partir del 7 de agosto, Duque gobernará Colombia y el país tendrá por primera vez una vicepresidenta en su compañera de fórmula, la también abogada conservadora Marta Lucía Ramírez.
Santos también felicitó a la Registraduría Nacional por su eficiencia pues menos de una hora después de cerrados los colegios electorales ya había contabilizado casi la totalidad de las mesas de una elección que transcurrió en absoluta calma y se sabía que Duque será el próximo presidente.
Petro, por su parte, reconoció vía Twitter la victoria de Duque, pero dejó claro que lo suyo no fue una derrota por los más de ocho millones de votos que recibió y dio a entender que su sueño presidencial sigue vivo al afirmar: «Por ahora no seremos Gobierno».
La participación fue del 53.02 %, ligeramente inferior al 53.38 % de la primera vuelta celebrada el pasado 27 de mayo.
«Para una segunda vuelta la votación ha sido histórica», dijo el registrador nacional, Juan Carlos Galindo.
Duque recibió en esta segunda vuelta 2.8 millones de votos más que en la primera, mientras que Petro amplió su caudal en casi 3.2 millones con respecto a la votación de hace tres semanas.
Uno de sus desafíos en el Congreso será cumplirla promesa que hizo en campaña de «modificar» el acuerdo de paz con las FARC, firmado en noviembre de 2016 y que tanto en su letra como en su aplicación es rechazado por buena parte de sus electores.
«La victoria de Duque era esperada y ahora le llegó el momento más duro porque tendrá que lidiar con una coalición demasiado amplia en términos de su composición», dijo el especialista en ciencia política y gobierno Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la Universidad del Rosario, de Bogotá.
Y es que a Duque se le sumaron entre la primera y segunda vuelta políticos de distintos partidos, entre ellos los tradicionales Liberal y Conservador, el evangélico Mira o el polémico Cambio Radical, lastrado por casos de corrupción, que le ayudarán a construir las mayorías que necesita en el Senado y la Cámara para gobernar.