BOGOTÁ.- El Gobierno colombiano inició el proceso de transición del mando al presidente electo el domingo, Iván Duque, quien asumirá el cargo el próximo 7 de agosto con la responsabilidad de reconciliar a un país dividido y de preservar el acuerdo de paz con las FARC.
Con ese propósito, el presidente Juan Manuel Santos designó ayer a los ministros de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y de Comercio, Industria y Turismo, María Lorena Gutiérrez, así como a su secretario general, Alfonso Prada, para que hagan la transición con el equipo que indique Duque, del partido uribista Centro Democrático.
“El proceso de empalme será organizado, transparente y objetivo, donde se miren los temas que se hicieron, los logros, las cosas que se deberían continuar y las cosas pendientes”, dijo Gutiérrez.
Para ello, explicó, la tarea se organizará por sectores con el propósito de que haya una transición “armónica” y “objetiva” para el bienestar de la ciudadanía.
Duque dedicó ayer su primer día como presidente electo a reuniones privadas, según fuentes de su entorno, y se espera que a mediados de esta semana tenga su primera reunión con Santos.
Analistas consideran que luego de ganar con 53% de los votos frente al 41.8% que obtuvo el izquierdista Gustavo Petro, Duque dio un acertado primer paso hacia el restablecimiento de la confianza de los sectores que no lo apoyaron.
“Entendiendo que estas elecciones dejaron fisuras, él hizo un llamado interesante a la necesidad de ser un presidente para todos”, manifestó el analista Jairo Libreros, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Para el experto, en el discurso que pronunció el mandatario electo quedó claro que “tendrá que estar dispuesto a encontrar mecanismos que permitan bajarle la temperatura a la disputa electoral, especialmente a la del sector que está descontento con la democracia”.
De hecho, la ONU elogió ayer el llamado a la unidad hecho por Duque y se comprometió a seguir apoyando al país para lograr la reconciliación tras más de 50 años de conflicto armado.
El organismo dio “la bienvenida a los primeros llamados a curar las divisiones entre los colombianos” y deseó “éxitos en esta tarea crucial”, según Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres.
Y es que, una vez asuma la Presidencia, su tarea primordial será alcanzar la estabilidad institucional y pasar la página de enfrentamientos que dejó la campaña por su cercanía con el ex presidente Álvaro Uribe, fuerte opositor al acuerdo de paz.
De no hacerlo, comentó Libreros, “va a ser un mandato muy difícil, en el que se dejaría espacio para que Petro, como jefe de la oposición, tenga la oportunidad de afectar la estabilidad del Gobierno”.
Las dificultades estarán a la orden del día, principalmente en lo relacionado con la intención de Duque de hacer “correcciones” al acuerdo firmado en noviembre de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora convertidas en partido político.
El propósito, según el presidente electo, es que “las víctimas, de verdad, sean el centro del proceso” y se garantice la “verdad, justicia, reparación y no repetición”.
Sobre el particular, la misión de acompañamiento del Parlamento Europeo para las elecciones de ayer reafirmó su apoyo al próximo Gobierno para la implementación del acuerdo y dijo tener “una apuesta férrea al proceso de paz”, expresó la presidenta de la delegación, Izaskun Bilbao.
Presidentes lo felicitan
El presidente electo de Colombia, el uribista, Iván Duque, recibió llamadas de felicitación por su victoria en las elecciones del domingo de mandatarios de ocho países latinoamericanos, entre ellos del presidente de Brasil, Michel Temer; Chile, Sebastián Piñera; Costa Rica, Carlos Alvarado; Ecuador, Lenín Moreno; México, Enrique Peña Nieto; Panamá, Juan Carlos Varela, y Perú, Martín Vizcarra, según informó la oficina de Duque.
Xavier Rodríguez