La desesperación de Ricardo Anaya y de Jesús Ortega -dueños del PAN y del PRD– ya es de escándalo; ven de cerca el fracaso del Frente por México.
Y es que hoy nadie duda que resultó un proyecto fallido la alianza PAN, PRD y MC, que desde las cúpulas de los tres partidos impusieron la candidatura presidencial de Anaya sin consultar a sus militancias y sin respetar la democracia interna.
Y si dudan que Anaya y Ortega olfatean la derrota, basta ver la locuaz demanda presentada por leales de Anaya contra el presidente Peña Nieto, contra el ex presidente Calderón y contra el candidato del PRI, José Antonio Meade.
¿Y cuál es la razón de la demanda?
Un vínculo inexistente de Peña, Calderón y Meade con la corrupta Odebrecht. Es decir, Ricardo Anaya pretende sembrar la especie de que los gobiernos de Calderón, de Peña y el eventual gobierno de Meade están embarrados con Odebrecht.
Está claro que asistimos a una estratagema “engañabobos” que busca ganar votos para Anaya, a través del desprestigio de los gobiernos de Calderón, Peña y Meade; estrategia que rompió toda posibilidad de voto útil.
Pero lo que no entienden Anaya y sus leales es que el queretano es el político menos indicado –menos calificado- para hablar de corrupción. ¿Por qué? Porque sobre él pesan las más escandalosas y documentadas denuncias de corrupción.
Más aún, la demanda que procesa la PGR –por lavado de dinero y tráfico de influencias- es la razón de la caída de la candidatura de Anaya.
Es decir, pocos creen el discurso de inocencia de Anaya. Por esa razón muchos vieron como un gesto de desesperación la demanda contra Calderón, Peña Nieto y contra el candidato Meade. La demanda, está claro, “es una patada de ahogado”.
A su vez, Jesús Ortega también dio señales de desesperación al difundir un audio en el que presuntamente hablan Ricardo Monreal y Manuel Velasco, actual gobernador de Chiapas.
En la escucha, Monreal y Velasco planean liberar a un grupo de activistas de Morena –detenidos en Chiapas-, y enviados para colaborar con el gobierno de Velasco. Según Ortega, la conversación prueba la alianza PRI-Morena.
Lo que no sabe Ortega –o lo que no quiere ver- es que el audio revela que la realidad está en otro lado. El audio es prueba de la traición del gobernador Velasco al PRI y a Peña Nieto. Sí, traición, porque Velasco apoya claramente al candidato de Morena en Chiapas, contra el candidato del PRI.
Lo cierto es que ante el derrumbe de Anaya, PAN y PRD han recurrido a las “patadas de ahogado” para justificar un error histórico.
Y es que con la alianza PAN, PRD y MC, esos partidos creyeron descubrir “la piedra filosofal” para ganar el poder presidencial, para retener el Gobierno de la Ciudad de México y conseguir mayoría en el Congreso.
Pero el error fue tal que dos de los tres grandes partidos –PAN y PRD- enfermaron de enanismo y hoy no son la suma de dos, sino la resta de uno. Y mientras azules y amarillos se achican, Morena y el PRI crecen. De ese tamaño es el fracaso.
Al tiempo.