Ni siquiera ha llegado la fecha de la votación, pero en los partidos políticos ya comienzan el reparto de culpas.
Que si no fue una buena selección de candidatos, que si se favorecieron a los cuates del líder, que si se dividieron los partidos y todas las excusas que se pueda imaginar.
Pero el que ayer se voló la barda fue el secretario de Operación Política del PRD, Vladimir Aguilar, quien no tuvo empacho en adelantar las derrotas de Ricardo Anaya y Alejandra Barrales “por haber dividido al PAN y al PRD’’.
Aguilar dijo que nunca se consultó a las bases para concretar la alianza electoral y que si bien las candidaturas de ambos son legales, “carecen de legitimidad”.
Bastante tarde se vino a dar cuenta el perredista de este detalle.
El directivo perredista fundamentó su dicho en los resultados de “casi todas las encuestas’’ y no dio margen de posibilidad ni a Anaya ni a Barrales, pese que sondeos recientes han reflejado su avance en las preferencias electorales.
Como quiera que sea, lo de Aguilar es apenas el primero de los muchos reclamos que surgirán si por lo menos Barrales no gana la Jefatura de Gobierno.
Pero también está la pregunta si Aguilar se lanzó de mutuo propio a descalificar las candidaturas de Anaya y Barrales sirvió de mensajero de alguien o algún grupo que se sintió desplazado y ahora, con las encuestas en la mano, está tramando su venganza.
El PRD respondió en un comunicado que es una “posición unilateral’’ que respalda a los candidatos del Frente.
“Confiamos que la ciudadanía les dará su voto el próximo 1 de julio. Continuaremos cerrando filas poniendo por delante la unidad y el interés de la sociedad mexicana’’.
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Por cierto, hablando de la candidata del Frente a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, Alejandra Barrales, la noche del miércoles, durante el tercer debate, retó a la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, a comprobarle un solo acto de corrupción.
“Si me muestras un acto de corrupción, renuncio a mi candidatura; pero si no lo haces, entonces renuncias tú’’, retó.
Sheinbaum sólo guardó silencio.
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Y en ese reparto de culpas, la candidata del PRD a diputada federal por el distrito 22, en Iztapalapa, Nury Delia Ruiz Ovando, acusa al candidato de Movimiento Ciudadano, el ex perredista Arturo Santana, de promover el sufragio a favor de todos los frentistas, menos a favor de ella.
¿No será que la aspirante se la ha pasado en la hamaca, y cerca de la hora quiere recuperar el apoyo que nunca trabajó?
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Ricardo Anaya anda urgido de una demostración de músculo, y por eso decidió cerrar su campaña en un estado eminentemente panista, Guanajuato, a donde acudirá para recibir un poco de calorcito.
Y es que por más que lo niegue, el queretano comienza a desdibujarse; sus discursos carecen de la enjundia inicial y no ha logrado posicionar un tema, salvo que quiere encarcelar a Peña, en el ánimo colectivo.
Faltan nueve días para las elecciones, y Anaya sigue defendiéndose de las acusaciones de lavado de dinero en lugar de concretar sus ofertas de gobierno.
Así no se puede.