José Antonio Meade ha tenido muchas tentaciones, opciones y presiones.

Las comenzó a vivir desde principios del sexenio.

Cuando Enrique Peña lo designó secretario de Relaciones Exteriores en diciembre de 2012 se sintió muy cómodo.

-Ya brinqué el río –comentó a varios de sus amigos, referencia directa a su tránsito de un gobierno panista, el de Felipe Calderón, a uno de signo tricolor.

El michoacano le dio doble escaparate en las postrimerías de su sexenio, secretario de Energía -de enero a septiembre de 2011- y de Hacienda y Crédito Público -de septiembre a noviembre de 2012.

De 2012 a 2015 se manejó con discreción y eficiencia.

Entonces, cuando se le hacían preguntas capciosas como el futurismo, se limitaba a una respuesta simple y sin compromiso:

-Pregúntame cuanto quieras de la cancillería. Estoy dedicado a ella.

En agosto de 2015 pasó a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y los amigos siguieron presionándolo:

-Eres presidenciable, Pepe.

Ante ellos sí aceptó:

-Pues creo que sí.

CANDIDATO CONTRA VIENTO Y MAREA

Desde ahí se preparaba.

Pero la fortuna jugó a su favor cuando Luis Videgaray abrió Los Pinos -31 de agosto de 2016- al candidato republicano Donald Trump y, entonces sí, se sintió en el ánimo presidencial para la sucesión cuando pasó a Hacienda.

A fines de 2016, con Videgaray en el ostracismo, hubo en diciembre reunión, brindis –él no bebe- y convivencia con varios amigos, entre ellos varios antecesores suyos en Hacienda, quienes de plano le soltaron:

Pepe, tú vas a ser el candidato, pero traes una losa muy pesada, el Partido Revolucionario Institucional (PRI). ¿Por qué no te lanzas como independiente y sumas a varios partidos? Así no cargas con el desprestigio priista.

José Antonio Meade se salió con amistosa habilidad, pero desechó la idea de dejar el gabinete para fraguar su candidatura presidencial.

Fue la primera oportunidad.

Otra fue, lo sabemos hoy: los principales empresarios, con el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) como núcleo, acudieron con Enrique Peña para pedirle la declinación de Meade y sumarlo a su proyecto, el panista Ricardo Anaya.

-La candidatura de Pepe no está en duda.

Ganó con ese hecho: Peña le mandó a René Juárez Cisneros y hoy se la juega con un profesional de la política y de la elección.

Pronto sabremos el resultado.

RECONVERSIÓN TURÍSTICA DE CAMPECHE

La crisis petrolera parecía postrar a Campeche, estado productor y monodependiente por excelencia.

En la emergencia, el gobernador Alejandro Moreno Alito ha reconvertido la economía estatal y una de las áreas es la turística.

Hoy es escala de cruceros de varias empresas –Ritz Carlton, Ponant y Victory son algunas-, no solamente como paso obligado, sino con ocupación hotelera: cuatro mil pasajeros y uso de dos mil 500 habitaciones por noche.

El incremento de visitantes está respaldado en la estadística y la economía: 26% a Calakmul de 2015 a la fecha y 23.7% en San Francisco, la capital.

El reto es extender las visitas a otros lados.

El reto de la administración de Alito ahora es incorporar nuevos polos campechanos como Moch Couoh, Champotón, Tenabo y otros lugares con atractivos arquitectónicos e históricos.

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