Los aviones que usan los Jefes de Estado tienen algo en común: su seguridad.
El avión presidencial “José María Morelos y Pavón” de fabricación relativamente reciente, es considerado uno de los más seguros y caros transportes presidenciales del mundo.
Adquirido por la administración del ex-presidente Felipe Calderón a finales de su gestión, el 787-8 Dreamliner tuvo un costo inicial de 218 millones de dólares, que se disparó a 420 millones de dólares debido al equipamiento solicitado y el financiamiento a 15 años para pagarlo.
Este tipo de aviones, cuya funcionalidad, seguridad y capacidad de comunicaciones encriptadas y codificadas, con apoyo de satélites militares, es resultado de la evolución de transportes para Jefes de Estado que data de la década de los 40’s.
Antes de la II Guerra Mundial los aviones presidenciales no existían, porque no eran necesarios.
Después de la II Guerra Mundial, los Presidentes de Estados Unidos viajaban en aviones prestados por la aerolínea Pan American Airlines. Cuando el Servicio Secreto, manifestaba alguna preocupación en materia de seguridad presidencial, se hacían escoltar por caza bombarderos.
El desarrollo de la aeronáutica, incremento de rutas y viajes aéreos aumentó también el costo de los viajes presidenciales, por lo que la Casa Blanca y gobiernos de otros países decidieron que los Presidentes debían tener un avión propio, seguro y acondicionado a fin de que aun viajando, pudieran atender las situaciones más extremas que se presentaran, como si estuvieran en su oficina.
Con esa intención también, lo adquirió el gobierno de México, sobre todo porque está considerado como uno de los transportes presidenciales más avanzado tecnológicamente en todo el mundo y algunos expertos lo consideran superior a los actuales Boeing 747-200 denominados por la Fuerza Aérea como VC-25 o Transporte Presidencial de Estados Unidos.
A diferencia del llamado Air Force One, el Dreamliner tiene una suite ejecutiva equipada con baño completo, un amplio despacho presidencial, salas de juntas, avanzados sistemas de comunicación, 2 grandes cocinas y puede transportar de 250 a 290 pasajeros y 250 toneladas de carga.
El nivel de seguridad del Dreamliner mexicano es el de un bunker, con los más avanzados sistemas de protección como defensa anti-misiles y mecanismos para evadir radares y otros sistemas de rayos infrarrojos no revelados por cuestiones de seguridad operacional.
Robert Rogier, del Equipo de Colaboración Global TAC que trabaja para el gigante de tecnología Cisco, asegura que aunque no tienen recursos ofensivos, esos aviones que antes eran protegidos por caza-bombarderos, ahora son equipados con ECMs or Sistemas Electrónicos Infrarrojos para evitar ser detectados por radares y “Flares”, (misiles anti misil), que al dispararse generan más calor que las turbinas para desviar misiles tierra-aire o aire-aire.
Los sistemas de seguridad incluyen sofisticados detectores electrónicos que alertan si el avión es registrado en radares como un objetivo.
Casi todos los sistemas del avión, mecánicos, de protección y de comunicaciones, esta protegidos.
En el caso de las comunicaciones la aeronave tiene casi 400 kilómetros de cable, instalados de tal forma que garantizan la protección de sistemas electrónicos cruciales y de comunicación, para evitar sean afectados por el impacto de ondas electromagnéticas asociadas a una explosión nuclear.
De acuerdo a la empresa Boeing, el avión presidencial mexicano es superior en algunos aspectos a los dos transportes presidenciales de la Fuerza Aérea de EU que son una versión militar modificada y más amplia del Boeing Modelo 747-200B, adquiridos por el ex presidente George H. Bush, el 8 de Noviembre de 1990 por 330 millones de dólares y puestos en servicio el 26 de Marzo de 1991 que están equipados para transporte presidencial.
Es preciso aclarar que Air Force One es sólo la identificación de radio de uno de los 2 aviones idénticos de la Fuerza Aérea de EU, cuando transporta al Presidente.
El mandatario también puede viajar a bordo de aviones del Ejército y cuando lo hace, se le denomina “Army One” y para transportarse de la Casa Blanca a la Base Andrews de la Fuerza Aérea, base de los aviones presidenciales o a la residencia de Verano de Campo David en Maryland lo hace regularmente a bordo de 1 de 3 helicópteros de la Naval también acondicionados para su servicio – que siempre vuelan juntos para evitar la detección del que transporta al presidente- sólo uno de ellos lleva la denominación de “Marine One”.
El Air Force One es una extensión de la Oficina Oval, con apoyo de satélites militares que brindan al Presidente de la nación más poderosa del mundo todos los elementos necesarios para monitorear, atender, comunicarse con Jefes de Estado y reaccionar a las peores crisis, conectado con su gabinete, el Pentágono y el Centro del Poder Legislativo, como ocurrió durante los ataques del 9/11, cuando el entonces presidente George W. Bush despego de Sarasota, FL y se mantuvo en vuelo durante varias horas hasta que pudo aterrizar sin peligro alguno.
Los aviones al servicio del presidente de EU están equipados con sistemas de defensa, protección y comunicaciones avanzados constantemente actualizados, para enfrentar “el peor escenario”.
El Air Force One o “Angel 1” como también se denomina al avión cuando transporta al presidente de la Unión Americana, es operado por la Fuerza Aérea de EU y puede llevar hasta 48 pasajeros y tripulación regulares que consisten en el Presidente y su equipo cercano de colaboradores y unos 76 pasajeros.
En materia de seguridad, el Air Force One también está equipado con una gran variedad de sistemas infrarrojos de protección y defensa antimisiles, que son clasificados por razones de seguridad operacional.
Entre los dispositivos avanzados que se conocen se cuentan avanzados sistemas de comunicaciones seguras con apoyo de satélites, mecanismos de defensa anti antimisiles, espejos infrarrojos para evitar el impacto de misiles guiados,
escudos de protección de ondas electromagnéticas asociadas con explosiones nucleares y así como otros dispositivos para evitar la detección de radares.
EU ya compró dos más
Una de las controversiales propuestas de Manuel Andrés López Obrador es que -si resulta elegido Presidente de la República- ofrecería en venta al gobierno de EU el avión presidencial “José María Morelos y Pavón”.
De acuerdo a otra fuente de Boeing, que pidió no revelar su nombre, la venta del avión Dreamliner 787-8, como la de cualquier vehículo, embarcación o aeronave en el mercado, podría generar elevadas pérdidas por su costo original, incrementado a causa del crédito, además de las modificaciones en materia de comunicaciones y seguridad a que fue sometido, para ser utilizado como transporte presidencial.
Además, los Comités de Servicios Armados de las dos cámaras del Congreso y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, decidieron que, después de casi 27 años de servicio,
es tiempo de reemplazar el Air Force One y su gemelo.
Inicialmente el ex presidente Barack Obama había firmado un contrato con la empresa Boeing para la compra de dos aviones nuevos 747, a un costo de 4 mil millones de dólares, a lo que el presidente Donald Trump se opuso y pidió alternativas.
La mas viable, fueron dos aviones Boeing 747-8 denominados “La Reina de los Cielos” prácticamente nuevos, (N894BA Y N895BA) que habían sido comprados por una aerolínea rusa en bancarrota, a un costo de 386.8 millones de dólares cada uno, el precio que pagaría la aerolínea TransAero de Rusia y que serán acondicionados y equipados con las medidas de protección, comunicaciones y seguridad para lo que el Congreso aprobó un presupuesto total de 3 mil 200 millones de dólares.
El programa de acondicionamiento y pruebas esta programado para iniciar este 2018 para terminar entre 2022 y 2024